Las navieras que habitualmente operan en la zona han visto trastocados sus planes por completo, ya que buena parte de los ingresos programados para cada ejercicio se ven saldados gracias a la actividad que se acumula en los tres meses de OPE, que es cuando más gente viaja. Sin embargo, en esta edición todo son conjeturas y dudas. Principalmente de saber si finalmente el país vecino se decide por abrir sus pasos fronterizos y, si así lo hace, en qué condiciones.
Habitualmente, a estas alturas, ya se tenían conformados los grupos de trabajo para afrontar una actividad frenética en los embarques, lo que se traduce en la contratación de un número de trabajadores que hace duplicar la plantilla con la que se cuenta el resto del año. Este proceso ha quedado en stand bye, aunque casi todas las compañías ya han avisado a sus empleados para que estén preparados en caso de activarse el dispositivo, tanto a los que se mantienen en ERTE desde mediados de marzo, como los que se contratan para los meses de verano.
Ocurre tanto en el personal de tierra como de a bordo. La reducción de salidas hace que los barcos cuenten con el mínimo para cubrirlas, escenario que cambiaría radicalmente en caso de que se incrementaran, también en índices que conducen a duplicar la contratación de estos trabajadores.
De manera paralela, las autoridades implicadas también esperan conocer noticias para actuar de una manera o de otra, aunque todos los preparativos están listos, basta con dar un paseo por los recintos portuarios y sus inmediaciones, tanto en Algeciras como en Tarifa, y comprobarlo, aunque falte lo más importante: los viajeros.