La nueva filosofía de trabajo seguida por el Puerto de Sevilla para ‘Trabajar con la naturaleza’, Working with nature, ha dado sus primeros frutos en el estuario del Guadalquivir. La Autoridad Portuaria de Sevilla (APS) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han censado un total de 52 especies de aves acuáticas en los vaciaderos terrestres del enclave hispalense. Las especies han utilizado estos lugares como zonas de refugio, alimentación y reproducción, una vez han sido adaptados tras la campaña 2019 para el mantenimiento de la canal de navegación.
Del total registrado, cuatro especies están catalogadas como en peligro de extinción: el porrón pardo, la cerceta pardilla, la garcilla cangrejera y la focha moruna; y una, el águila pescadora, como vulnerable.
Los vaciaderos terrestres son áreas en las que el puerto de Sevilla deposita los sedimentos extraídos de la canal de navegación durante las campañas de dragado de mantenimiento. Como novedad en 2019, la Autoridad Portuaria ha aplicado un protocolo elaborado por el CSIC para favorecer la presencia de aves y habilitar zonas alternativas para la avifauna acuática en el entorno de Doñana.
El protocolo ha consistido en la adecuación de los vaciaderos con islas y diques, manteniendo el nivel del agua sin que esto dependa del ciclo hidrológico. De esta forma, las aves han podido disponer de espacios húmedos alternativos en momentos de poca lluvia, entre primavera y verano. En esta temporada las precipitaciones invernales han sido escasas, por lo que el papel de refugio en los vaciaderos ha cobrado una mayor relevancia.
En lo que llevamos de 2020 nueve especies han nidificado con éxito en los vaciaderos. Entre ellas destaca el porrón pardo, una especie muy escasa catalogada en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como en peligro de extinción.
Asimismo, se han observado otras especies reproductoras como la cigüeñuela común, la avoceta común, la focha común, el ánade real, el pato colorado, el zampullín común, la gallineta común y el chorlitejo chico.
Asimismo, se han observado otras especies reproductoras como la cigüeñuela común, la avoceta común, la focha común, el ánade real, el pato colorado, el zampullín común, la gallineta común y el chorlitejo chico.
El éxito de la reproducción en los vaciaderos del Puerto de Sevilla reside en que proporcionan un espacio más estable y seguro, sin la presencia de predadores o molestias que puedan afectar a la cría de las especies. De hecho, las islas artificiales construidas con los sedimentos han proporcionado nuevas áreas de refugio en las que el periodo de nidificación se ha prolongado más tiempo que en otras zonas habituales para la reproducción.
También se ha registrado en los vaciaderos la presencia de flamenco común, calamón común, morito común, espátula común y garza imperial, que han utilizado la zona para alimentarse; así como de múltiples especies de limícolas invernantes y en paso, y de otras especies de anátidas.
“Gracias a la colaboración entre la comunidad científica y el Puerto de Sevilla hemos podido conciliar las funciones operativas de los vaciaderos terrestres con su puesta en valor ambiental, creando un lugar de interés para la comunidad de aves acuáticas del estuario”, ha destacado Rafael Carmona, presidente de la Autoridad Portuaria de Sevilla.
Por su parte, el investigador principal del protocolo, Miguel Ferrer Baena, enfatiza que “este proyecto es un bonito ejemplo de cómo, con un poco de investigación, podemos desarrollar las actividades humanas no solo no dañando el entorno sino incrementando la biodiversidad y la salud ambiental”. “Podemos y debemos cambiar nuestra forma de actuar si queremos tener un mundo lleno de vida”, destaca.
Por otro lado, el protocolo establece pautas para la nidificación del abejaruco, incluido en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Para ello se han creado taludes permanentes y temporales que han sido colonizados por la especie.
A este respecto, el investigador de la EBD/CSIC y responsable de seguimiento del proyecto, Roberto Muriel, afirma que “la aplicación de actuaciones a medida en estos recintos relativamente modestos ha permitido la presencia estable y la reproducción con éxito de aves acuáticas en un medio altamente dependiente de la meteorología y las prácticas agrícolas”.
MÁS AVES ACUÁTICAS EN EL ESTUARIO. El de Sevilla es el primer puerto español que concilia la gestión de los sedimentos de los dragados de mantenimiento con la creación de un hábitat que favorece la riqueza, abundancia y diversidad de las aves acuáticas, y potencia la nidificación y el éxito reproductivo en el entorno.
En concreto, el protocolo del CSIC ha sido aplicado en los vaciaderos de La Horcada y Butano. Este ha consistido en la creación de ocho islotes con los propios sedimentos procedentes de río que cuentan con una superficie comprendida entre los 200 y 50 metros cuadrados cada uno.
Asimismo, el protocolo de gestión integral dispone un uso rotatorio de los vaciaderos. Los segmenta en balsas con el fin de compatibilizar las actuaciones ambientales y los trabajos de gestión y extracción de los sedimentos que pueden ser utilizados en la agricultura y en la obra civil.
‘Trabajar con la naturaleza’ es una forma integral de acometer los retos del Puerto de Sevilla, no solo minimizando los impactos en el entorno o adoptando correcciones sobre estos impactos, sino también favoreciendo el desarrollo ambiental y mejorando la naturaleza en aras de alcanzar un beneficio mutuo entre el Puerto y el entorno del Guadalquivir.
Mantenimiento de la canal
Los trabajos para el mantenimiento de la canal forman parte de las medidas operativas incluidas en el ‘Programa de optimización de la vía navegable’. Estas labores consisten en la realización de batimetrías de precisión para determinar los puntos de actuación y la posterior succión de los sedimentos acumulados en estos puntos con una draga.
Así, la Autoridad Portuaria de Sevilla mantiene las cotas de las rasantes actuales en la canal de navegación, sin superar las profundidades autorizadas, para garantizar la plena seguridad en el acceso por mar a Sevilla.