La empresa Docks, adjudicataria del Puesto de Inspección Fronteriza del puerto de Algeciras recobrará la normalidad, a partir de la próxima semana tras el ERTE planteado a sus trabajadores durante la crisis sanitaria ocasionada por el covid-19, como consecuencia de la notable disminución de los tráficos con Marruecos.
Avanzada ya la desescalada, los trabajadores ven con optimismo su futuro, ya que es cuestión de días la vuelta de la totalidad de la plantilla, pues el PIF ha recuperado el 100% de su actividad, de sus inspecciones físicas, y está actualmente a los niveles anteriores a la situación excepcional. La vuelta a la normalidad ha sido acogida con satisfacción por los importadores que a través de Mario Porras, el presidente de AIMPA, la asociación de Importadores, han dejado patente lo que representa recuperar el 100 % de la actividad en el PIF. Transitarios y Consignatarios aseguran que las pérdidas han sido notables en estos meses, tal y como ha señalado, Mario Porras, presidente de AIMPA quien insiste en que «se ha sufrido mucho y entendemos el ERTE de la empresa que gestiona el PIF, pero a los empresarios que trabajamos los perecederos nos ha costado, este tiempo, mucho dinero». «Cada camión que se nos queda en puerto nos cuesta una medida de 8.000 euros en pérdidas», añade Porras quien se ha referido además, a la carencia de barcos suficientes, como consecuencia de la reducción de rotaciones por parte de las navieras.
«Los recortes de las grandes superficies por no poder cumplir, ante la falta de barcos para poder embarcar las mercancías, resulta insoportable porque a pesar de que los veterinarios e inspectores están haciendo su trabajo como pueden, no dan abasto», añade el persidente de AIMPA quien espera que la próxima semana se recobre la total normalidad.
Hay que recordar que el trabajo en el PIF del puerto de Algeciras ha sido intenso, a pesar de la pérdida de tráficos, durante algunas semanas, ya que las inspecciones son vitales para garantizar el control de plagas, así como la calidad de las mercancías, tanto vegetales como animales, que entran y salen del país y, actualmente, el personal que ha salido del ERTE no es suficiente para ejecutarlas de manera exhaustiva. Se están haciendo con una sobrecarga de trabajo y eso puede repercutir en la eficacia de dichas inspecciones.