La energía eléctrica de las plantas químicas de Cepsa en Andalucía, de origen renovable

Contribuye a la reducción de gases efecto invernadero y beneficia a la calidad del aire

El uso de energía eléctrica de origen 100% renovable en las plantas químicas de Cepsa en Andalucía durante 2019 ha conllevado una importante reducción en las emisiones de CO2 asociadas a su fabricación de productos químicos, por lo que contribuye a la mejora de la calidad del aire.

En su compromiso por reducir la huella de carbono de la actividad industrial, en toda la cadena de valor y hasta que el producto final llega al consumidor, las plantas químicas de Cepsa han optado en su actividad productiva por el consumo de energía eléctrica de origen 100% renovable que les suministra el área de Gas y Electricidad de Cepsa; esto ha supuesto que durante el año 2019 se hayan dejado de emitir 129.300 toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones anuales de casi 100.000 hogares.

Con esta medida, la empresa contribuye a uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible identificados como prioritarios por la compañía, el ODS 7, centrado en promover la energía asequible y no contaminante. Para Jesus Ivars, director de las plantas químicas de Puente Mayorga y Palos, «el uso de energía 100% renovable en sus procesos de fabricación, confirma el compromiso de Cepsa por hacer realidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible, reduciendo la huella de carbono de forma significativa y contribuyendo así a un mejor medioambiente para todos».

El área de Gas y Electricidad de la compañía energética y química internacional lleva 15 años suministrando energía eléctrica, desde 2011 de origen renovable. Cepsa suministra en Andalucía la energía que consumen sus plantas de GLP (en San Roque y Dos Hermanas), los postes de pesca y la planta de Bioenergía; de igual forma, también la de sus estaciones de servicio de gestión directa en España y Portugal, la del Centro de Investigación de Alcalá de Henares, la de la Torre Cepsa en Madrid y, desde hace unos meses, también la de los cargadores ultrarrápidos de IONITY. Asimismo, comercializa electricidad de origen renovable a industrias y a pequeñas y medianas empresas que componen una cartera de más de 1.000 clientes.

Por otro lado, Cepsa acumula más de 30 años de experiencia en la producción eléctrica en sus plantas de cogeneración y de ciclo combinado. Recientemente la Compañía ha dado también el primer paso en el campo de la generación eólica; esto ha sido posible gracias a una inversión de 35,7 millones de euros en Jerez (Cádiz) para la construcción de un parque eólico. Este parque, denominado Alijar II, dispone de 11 aerogeneradores con una potencia instalada de 28,8 MW y una capacidad de producción estimada de 72 GWh, equivalente al consumo anual de más de 20.000 hogares.

Jesús Ivars

CEPSA Y LA PETROQUÍMICA.  La química es uno de los motores de Cepsa ya que potencia su internacionalización y tiene mayor crecimiento. Ello gracias a la plena integración con otros sectores como el refino.

En las plantas químicas de la compañía energética se transforman derivados del petróleo en materias primas para otras industrias con infinidad de aplicaciones: plásticos de última generación, cosméticos, champús, detergentes biodegradables, pinturas, componentes electrónicos, productos farmacéuticos, etcétera.

La planta química de Puente Mayorga inició su actividad en el año 1969, con la producción de Alquilbenceno Lineal (LAB). En total integración con la Refinería Gibraltar-San Roque, la planta de Puente Mayorga recibe de la Refinería las materias primas utilizadas en su proceso. Además, fabrica parafinas, base a su vez del LAB, para las plantas de Cepsa no solo en San Roque sino también en Brasil y Canadá. Estos tres centros industriales colocan a Cepsa como líder mundial del sector.

La planta química en Palos de la Frontera (Huelva) se puso en marcha en 1976 con la producción y venta de metilaminas y sus derivados (dimetilformamida y dimetilacetamida). En 1978 comenzó a fabricar productos petroquímicos básicos como cumeno, fenol y acetona y, por último, en 1997, alfametilestireno. En la actualidad es la mayor planta integrada de fenol, acetona y cumeno del mundo.

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