El alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, ve «imposible» controlar el aforo de las playas del municipio por lo que va a «realizar recomendaciones, no prohibiciones» a los vecinos, a los que va a hacer «un llamamiento a la distancia social, a la responsabilidad para que se respeten las distancias».
El Ayuntamiento considera que va a ser materialmente imposible controlar el aforo y no hay policías locales suficientes para cubrir los 15 kilómetros de litoral sanroqueño, aunque habrá una mayor presencia de la Policía y de efectivos de seguridad. No obstante, el Gobierno municipal está perfilando el plan de prevención del Covid-19 en las playas que contempla, un plan de megafonía para ir advirtiendo de la nueva información y sobre todo para pedir colaboración en las distancias, y otro de información telemática, para que saber cuál es el estado de saturación o de ocupación de las playas mediante la instalación de cámaras.
Ruiz Boix espera poder iniciar la temporada de playas, el próximo 8 de junio, aunque la Junta obliga a fijar un aforo, que están estudiando los técnicos de urbanismo para fijarlo en función de las dimensiones de cada playa y de los kilómetros de litoral.
San Roque tendrá que distinguir entre playas urbanas (Guadarranque Puente Mayorga Campamento y Torrreguadiaro) y playas no urbanas como Borondo, Guadalquitón, o El Faro, en las que el gobierno municipal considera que es excesivamente complejo el control del aforo. El ayuntaminto sanroqueño ha pedido a la Junta de Andalucía que lo dote de los recursos suficientes para poder realizar o intentar realizar esas labores de control, ya que «resulta imposible controlar todos los accesos de las playas, algunas con siete u ocho puertas porque no hay recursos suficientes, ni policías locales, para tener atendidas las ocho playas y sus salidas y entradas».