Las autoridades de Filipinas han permitido que el `Celanova´, el gasero español abandonado desde diciembre en aguas filipinas, entre en zona portuaria, fondeado a una milla de Manila, donde está más seguro y se facilita el envío de provisiones.
«Después de muchos esfuerzos y periódicas solicitudes a las autoridades portuarias filipinas para permitir el atraque del buque en puerto y gracias a la repercusión mediática del asunto, (…) se ha conseguido un primer paso, que las autoridades filipinas autoricen el fondeo del buque en zona portuaria», informó la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF).
La coordinadora de la ITF en España e inspectora que lleva el caso, Luz Baz, aclaró este lunes a Efe que se trata de un «pequeño paso», ya que no se ha permitido el atraque del buque, pero «al estar más cerca del puerto es mucho más fácil llevarles provisiones», aunque todavía no se sabe cuando podrán desembarcar y ser repatriados.
Hasta ahora, Filipinas condicionaba el atraque del buque en puerto a la contratación de un remolcador al costado, algo imposible en las condiciones de abandono del gasero, aunque ahora accedieron al fondeo sin necesidad de ese remolcador.
El buque, que entró en puerto la noche del domingo, se considera abandonado ya que el armador -la naviera española Globalgas- dejó de pagar los salarios y no se ocupa de las necesidades básicas del barco ni de sus 15 tripulantes, dos gallegos y 13 latinoamericanos.
Al ser un barco español, al menos el 50 % de la tripulación debería ser comunitaria, una ilegalidad por parte de Globalgas.
El pasado 7 de diciembre, durante el trayecto de Singapur a China, el buque sufrió una avería y perdió el timón, y fue remolcado hacia la costa más cercana frente a Manila, donde permanecía fondeado a 13 millas desde el 17 de diciembre.
Desde entonces, la tripulación se ha quedado varias veces sin combustible, sin agua dulce ni alimentos, provisiones que la ITF y otras organizaciones tenían que llevar a su anterior posición, a unas dos horas de trayecto en barco.
Para ahorrar combustible, la tripulación no tenía activado ni el sistema GPS ni la refrigeración del barco, por lo que han aguantado el insoportable calor del verano filipino durmiendo en cubierta.
«Los tripulantes han recibido también suministros -combustible, agua dulce, medicinas y comida- por lo que la situación y el ánimo a bordo ha mejorado respecto al viernes pasado», señala la ITF.
Fondeados a 13 millas, sin el abastecimiento mínimo para la vida a bordo y sin las condiciones adecuadas de seguridad, la tripulación esperaba el viernes con temor la llegada del primer tifón de la temporada, Vongfong, que abandonó en las últimas horas Filipinas.
Su Guardia Costera visitó el domingo el buque antes de permitirles entrar a puerto, para comprobar el estado del barco y de la tripulación.
Según la ITF, la mejor solución para el Celanova es la compra del buque, pero el banco hipotecario ABANCA está bloqueando el embargo del mismo por los acreedores y su posterior subasta.EFE