El estado de alarma decretado por el Gobierno mantiene paralizados los procesos administrativos, afectando de lleno al futuro proyecto “Fondo de Barril” que Cepsa ha planificado en su refinería de San Roque.
A esta circunstancia excepcional se suma la falta de agilización de los trámites burocráticos por parte de las Administraciones, por lo que la compañía petrolera ha vuelto a enviar un escrito a los responsables de las empresas que trabajan en dicho proyecto, solicitando que se evite incurrir, al menos hasta noviembre, en cualquier gasto o costo con cargo a este proyecto. Un mensaje similar al remitido el 18 de diciembre de 2019.
El proyecto se encuentra, por tanto ralentizado, a la espera de los permisos que debe emitir el Ministerio para la Transición Ecológica, a pesar de la declaración de proyecto prioritario por parte de la Junta de Andalucía. A esto se suma, la decisión – en su día – del ayuntamiento de San Roque, de paralizar parte de los trabajos como consecuencia de la denuncia interpuesta por grupos ecologistas, como consecuencia de supuestas modificaciones llevadas a cabo en el proyecto inicial. Así se le ha hecho saber también a los sindicatos en las últimas semanas, tal y como ha confirmado Fernando Barba, delegado sindical de UGT en la refinería de Cepsa en San Roque. Mientras tanto, el material sigue llegando a la zona, a la espera de poder continuar con la instalación.
El pasado 15 de abril, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía publicó la solicitud de la Autorización Ambiental Unificada del proyecto para la modificación puntual del Plan Especial y de Seguridad Industrial en el área de la Bahía en San Roque, por parte de la compañía. Una modificación que no se ha podido gestionar por las trabas administrativas que genera el estado de alarma y que, no se descarta que de salir adelante, contará con nuevas alegaciones de grupos ecologistas.
Este importante proyecto conlleva una inversión de cerca de 1.000 millones de euros por parte de la compañía y generará más de 3.000 empleos entre directos e indirectos durante los tres años que se alarguen las obras. Unas cifras que, ante la crisis que va a generar el coronavirus, se hacen fundamentales para el Campo de Gibraltar.