La situación que viven las navieras que operan en el Estrecho de Gibraltar sigue siendo de total incertidumbre acerca de la posibilidad de ir recobrando la normalidad para poder recuperar el tráfico habitual de pasajeros entre ambas orillas.
El anuncio de los planes de desescalada por parte del Gobierno central en relación al tráfico marítimo no ha hecho más que confirmar que en esta primera fase, hasta el 10 de mayo, todo continuará igual desde que se implantara el estado de alarma el 15 de marzo, es decir, sólo se permitirá el transporte de mercancías para el abastecimiento de la población, mientras que, en el caso de Ceuta, se seguirá permitiendo el embarque a personas con necesidades imperiosas de viajar, previa presentación de una autorización concedida por parte de la Administración.
No pasa lo mismo con Tánger, ya que Marruecos continúa con sus fronteras cerradas y nada se sabe sobre su apertura de manera oficial, a pesar de los muchos rumores que incluso apuntan a posibles fechas.
Para el segundo periodo de desconfinamiento, hasta el 25 de mayo, también seguirá todo de la misma forma salvo que se acuerde algo distinto con las comunidades y ciudades autónomas, que en este caso sería la de Ceuta, con una media muy baja en todo el país en cuanto al índice de contagiados por la COVID-19.
No se descarta, por tanto, que, como ha ocurrido en otros territorios como las islas de Formentera, en Baleares; y La Gomera, Hierro y La Graciosa, en Canarias, se pudieran adelantar los periodos para ir avanzando en el desconfinamiento paulatino para la población y se pudieran recortar los plazos, algo que, sin embargo, parece estar lejos de las intenciones del Gobierno ceutí, que en varias ocasiones ha expresado, a través de algunos de sus responsables, el deseo de mantenerse aislada para acabar de manera efectiva con el virus.
Dado que en la fase II, el Ejecutivo que lidera Pedro Sánchez no ha establecido ningún registro a tener en cuenta sobre el transporte marítimo, habría que esperar hasta el 10 de junio, que es cuando se inicia el tercer periodo, que se prolonga hasta el día 24 del mismo mes, para, entonces sí, comprobar que llega el momento de “eliminar la limitación normativa de no embarcar pasajeros en los ferris”, aunque siempre “en función de la evolución de los parámetros sanitarios».
Sería aquí cuando se abriría definitivamente la posibilidad de recobrar progresivamente el tránsito de personas entre Algeciras y Ceuta, aunque no se descarta que, en función de la tendencia del Gobierno de reducir las capacidades, también esta misma normativa se aplicara a los buques que ofrecen este servicio. También queda en el aire que, en este caso, como ocurre en restaurantes o negocios comerciales, las compañías consideren rentable o no la opción de retomar todas las salidas para trasladar a un número muy inferior de pasajeros y vehículos, en relación a los cuantiosos gastos generados a la hora de mover sus barcos y su personal.