El silencio envuelve la desaparición del Rúa Mar desde que el Gobierno decidiese, el pasado 27 de febrero, dar por finalizado el operativo de búsqueda del pesquero, que había desaparecido a finales de enero con seis tripulantes a bordo, de los que la mar sólo ha devuelto dos de sus cuerpos hasta las costas de la zona.
Las familias han utilizado las redes sociales para denunciar su rechazo a la decisión de las autoridades de dar carpetazo al asunto, que parece haber caído en el olvido, más cuando se ha generado el estado de alarma por la crisis del coronavirus, lo que, por otra parte, no ha hecho más que acentuar la pena de su gente más cercana.
«Ahora el coronavirus, pero ¿antes qué? Solo pedimos lo nuestro para poder empezar, ya que a ellos no se les perjudica en nada porque esto es un sinvivir y todavía se puede», señalaba Milagros, la mujer del desaparecido Daniel, que solicitaba encarecidamente «que se comparta y, hasta que llegue adonde se tenga que llegar y nos digan que sí, no nos vamos a rendir nunca y vamos a lucharlo todo, por ellos, por nuestros marineros», apostillaba.
La pregunta de lo sucedido es la que se hacen todos, «¿qué pasó?», mientras los mismos conocidos se atreven a asegurar que «un barco como éste no puede desaparecer de la noche a la mañana con nuestros marineros a bordo sin dejar rastros», avisando de que «no vamos a callar y no vamos a parar hasta conseguirlo».
En el actual estado de confinamiento, también formulan otra cuestión, «¿por qué dejan de salir a los barcos a trabajar y no dejan de salir a buscar al `Rúa Mar´, ni siquiera de manera privada?, que nos lo expliquen», solicitan.
Todas estas quejas y mensajes de rabia, dolor y desesperación han contado, a través de cientos de reacciones, con el seguimiento masivo de la sociedad, no sólo de la zona, sino de distintas parte de la geografía española, incluso fuera de ella.
Al final se han ido recopilando en una misma página de Facebook, que lleva el nombre de `Marineros del Rúa Mar´, donde se recogen informaciones publicadas por distintos medios de comunicación, vídeos, fotografías, pero sobre todo mucho apoyo de personas para las que la desaparición del pesquero fue una incógnita que debería resolverse.