Este 23 de abril ha dado comienzo el mes sagrado para el Islam más extraño que se recuerda. El coronavirus, como ya hiciera con la Semana Santa, también trastoca por completo los hábitos de esta religión, ya que el confinamiento no hará posible el desplazamiento a las mezquitas para llevar a cabo los rezos y, mucho menos, hacia otros lugares para pasar estos días en familia.
“El Ramadán de este año nos llega en unas circunstancias especiales, nunca experimentadas con anterioridad. Muchos aspectos ramadeños, a los cuales la gente estaba acostumbrada, ya no serían posibles”, señalan desde la Comisión Islámica de España.
A pesar de los contratiempos, se busca alternativas, por lo que los rezos se deberán hacer en casa en vez de en las mezquitas. Sobre el ayuno, esta misma entidad, y debido a esta clausura, “sugiere a los interesados en donar de primera mano los alimentos a quienes les haga falta, o bien, contactar con un restaurante con servicio a domicilio para servir alimentos a personas necesitadas o también entregar alimentos a asociaciones que brinden asistencia alimenticia a los ayunantes”.
Por lo pronto, los mercados de las principales ciudades de Marruecos están vacíos, las calles desiertas y los puertos que conectan con el norte del país alauita, sin pasajeros tras el cierre de fronteras decretado desde mediados del pasado mes de marzo.
Los enlaces del Estrecho se mantienen activos solo para el transporte de mercancías, por lo que llama la atención que esta época, esperada por los más de dos millones de musulmanes que residen en España para el encuentro con sus familiares al final del Ramadán, salvo sorpresa, este año no será posible.
Ante la situación actual, nadie se atreve a asegurar que para dentro de un mes se haya restablecido la normalidad y que se pueda viajar sin restricciones, por lo que tanto las navieras como las agencias, igual que ha ocurrido recientemente con la semana de pasión, volverán a dejar de recibir unas partidas presupuestadas a principios de ejercicio como de las más importantes del año, lo que puede servir de antesala para lo que se avecina en apenas mes y medio, con el inicio de la Operación Paso del Estrecho 2020, que a día de hoy es toda una incógnita, aunque, como ha ocurrido con estas celebraciones religiosas, va camino de firmar una de las ediciones más atípicas que se recuerdan.