El Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides recalará en su puerto base en el Arsenal de Cartagena este miércoles, 22 de abril, tras concluir su XXV Campaña Antártica, que ha durado 161 días, según informaron fuentes de la Armada en un comunicado.
El barco, que ha navegado en total 25.073 millas náuticas (46.435 kilómetros), regresa tras un periodo de 42 días de aislamiento a bordo desde la última vez que su dotación pudo pisar puerto en Punta Arenas (Chile) el pasado 11 de marzo.
El buque inició su comisión el 13 de noviembre de 2019 con destino Montevideo (Uruguay), donde arribó el día 4 de diciembre. Allí, además de realizar carga logística de víveres, combustible y material científico en colaboración con el programa polar uruguayo, tuvo lugar la participación vía videoconferencia en el evento COP 25 sobre el cambio climático.
A continuación navegó hasta el puerto de Punta Arenas, donde llegó el 13 de diciembre para entregar las donaciones –más de tres toneladas de comida, juguetes, ropa y material de higiene diverso– recolectadas para el proyecto solidario ‘Hogar Miraflores’.
También embarcaron los primeros 35 técnicos de la UTM (Unidad de Tecnología Marina del CSIC) y personal del Ejército de Tierra, que abrirían las bases antárticas ‘Juan Carlos I’ en isla Livingston y ‘Gabriel de Castilla’ en isla Decepción.
Durante el primero de los ocho cruces del Mar de Hoces de esta campaña, el Hespérides participó en el dispositivo de búsqueda de restos del C-130 Hércules, siniestrado el 9 de diciembre en esas aguas, en el marco de la Operación ‘Paso Drake’, de la Fuerza Aérea de Chile). Tras completar la apertura de las bases antárticas españolas, navegó en demanda del puerto de Ushuaia (Argentina).
A lo largo del mes de enero, el buque pasó 32 días de mar ininterrumpidos en aguas antárticas realizando las actividades del proyecto TASMANDRAKE-POWELL del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC).
Este proyecto estudia los principales eventos tectónicos y oceanográficos que influyeron en el desarrollo de la Corriente Circumpolar Antártica y su relación con la evolución paleoclimática y el casquete de hielos.
Tras relevar a los investigadores y técnicos en Ushuaia, durante el mes de febrero el proyecto principal que se realizó a bordo fue BRAVOSEIS de la Universidad de Granada, consistente en el estudio sismológico de los volcanes submarinos del Estrecho de Bransfield.
No obstante, éste no fue el único proyecto que se ha desarrollado en esos 28 días de mar, simultaneándose con otros cinco más. Además del ya mencionado POWELL, trabajaron en el buque los investigadores de ANTECO (investigación taxonómica y evaluación multi-escala de la procedencia, distribución y potencial de expansión de colémbolos invasores en la Antártida) de las Universidades Autónoma de Madrid y Rey Juan Carlos.
También en GEO2-OCEAN (estudio de las especificidades geodinámicas de la Península Byers con respecto a isla Livingston y otras islas adyacentes del archipiélago de las Shetlands del Sur) de la Universidad de Cádiz; GALILEO-IHM 5 (validación de la señal recibida de los satélites de la constelación de Galileo en altas latitudes) de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y el Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM); TARDÏGRADOS (un estudio sobre tardígrados, en su cuarto año de trabajos en la Antártida) de la Universidad Tecnológica de Bolívar, Colombia, y ANTARPLAST (estudio de medición de abundancia y distribución de microplásticos en la península antártica) del Programa Polar Uruguayo. Durante este periodo el buque alcanzó la latitud más meridional de la campaña: 64º Sur.
El 12 de marzo, durante su tránsito hacia la Antártida para el cierre de las bases antárticas españolas, y a la vista de la pandemia, se ordenó al buque proceder a dicho cierre con la mayor celeridad posible y evacuar tan pronto como fuese posible de regreso a territorio nacional a las 37 personas que todavía se encontraban en dichas bases.
El primer intento de ruta de retorno, desde Ushuaia vía Buenos Aires, no fue posible debido al escenario de cierre de fronteras, cancelación de vuelos domésticos y establecimiento de cuarentenas en Argentina.
Se procedió así, tras una breve escala técnica en Ushuaia, hacia el norte en demanda primero de Santos (Brasil), y finalmente de Montevideo (Uruguay), donde únicamente los 37 pasajeros pudieron desembarcar para ser repatriados coincidiendo con un vuelo especial de Iberia gestionado desde el Ministerio de Asuntos Exteriores. A continuación, el buque inició su tránsito de regreso a puerto base, en Cartagena.
Este ha resultado un final de campaña atípico, si bien todos los objetivos científicos del programa polar se habían completado para cuando se necesitó adelantar el cierre de las bases en una semana respecto de lo previsto por causa de la pandemia.
Así, de los diez proyectos previstos para realizar a bordo del buque, tan solo uno, el proyecto SAGA1 que iba a ser desarrollado en aguas del Atlántico Sur entre mediados de abril y mediados de mayo, no ha podido ser realizado por imposibilidad de incorporar en Rio de Janeiro al personal investigador y técnico previsto.
Durante esta campaña antártica se ha colaborado con los programas polares de Argentina, Bulgaria, Chile, Checoslovaquia, Corea del Sur, Ecuador, Perú, Portugal y Uruguay. A bordo se ha dado apoyo a 207 personas de 18 nacionalidades.
En total se ha navegado 25.073 millas náuticas (46.435 kilómetros), distancia equivalente a más de una vuelta al mundo, en un periodo de 5 meses y 9 días, y repartidas en 147 singladuras.