La crisis del coronavirus provoca incertidumbre entre la comunidad musulmana, que celebrará el mes más esperado sobre el 23 de abril, pero con restricciones
Al igual que ocurre entre los cristianos con la Semana Santa, en la comunidad musulmana se presenta un grave contratiempo que puede trastocar todos los planes de cara a la celebración de su mes sagrado del Ramadán.
Si, como todo indica, las medidas de los distintos gobiernos se prolongan para evitar la propagación del coronavirus, en el aire quedan la celebración de los rituales que habitualmente acompañan a esta festividad, de las más esperadas entre sus practicantes.
Por lo pronto, las fechas señaladas para que se lleven a cabo fijan su inicio para el 23 de abril, por lo que se prolongaría justo un mes más, lo que supone que en el comienzo coincidirá aún con el periodo de alerta decretado en la mayoría de los países del mundo que cuenta con presencia musulmana.
Sin duda, la prohibición de toda reunión física afectará notablemente, lo que, a buen seguro, se traducirá en el cierre de los principales lugares de culto, además de numerosas actividades que se practican en reuniones que congregan a muchas personas en espacios reducidos y que podrían quedar suspendidas.
Y todo esto se verá reflejado en el desplome de los tráficos de pasajeros hacia la otra orilla del Estrecho de Gibraltar, que han bajado en más de un 90 por ciento desde las restricciones impuestas por las administraciones, para celebrar el mes más deseado con la familia, con la incertidumbre de saber si el cierre de fronteras por parte de Marruecos se mantendrá para entonces y, por tanto, es posible o no cruzar hacia el continente africano, aunque todo indica a que resultará imposible.
De ello están muy pendientes las autoridades de la zona, ya que el puerto de Algeciras en concreto es el lugar más elegido para viajar hacia el otro lado, utilizando los barcos de conexión con Ceuta y Tánger Med, o desde Tarifa hacia Tánger Ville.
Habitualmente, el mes de Ramadán se convierte en un desplazamiento masivo de personas que eligen estos puertos para enlazar, poder encontrarse con sus seres queridos y vivir juntos esta celebración, aunque este año y por culpa del Covid –19 está más en el aire que nunca.