La preocupación sigue latente en la zona del Estrecho de Gibraltar en relación a la existencia, cada vez mayor, del alga asiática invasora y que se ha visto demostrado con la aparición en las últimas semanas de toneladas de esta especie en la orilla de distintas playas de la comarca.
Antonio Vegara, de Algas Marinas del Estrecho, no deja pasar la oportunidad de disponer algo más de tiempo por culpa del estado de alarma decretado por el Gobierno para evitar la expansión del coronavirus, para estudiar posibles soluciones a otra expansión, la de la Rugulopteryx okamurae. «Seguimos generando reuniones virtuales y documentos que recojan, por ejemplo, cómo estaba la expansión del alga invasora asiática Rugulopteryx okamurae antes de quedarnos en casa».
Los últimos datos avanzados en febrero por parte de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, «dan por hecho que la zona de expansión va desde la escollera situada al final del caño de Sancti Petri (San Fernando -Cádiz-) hasta los Bajos de Roquetas (Almería), con fijación también en las provincias de Málaga y Granada», explica.
Mientras, y según explicaciones de Vegara, «en el Parque Natural del Estrecho los trabajos realizados por el barco de la Agencia AMAYA, AMA-8 han constatado una colonización de los sustratos duros entre 0 y 50 metros de profundidad, siendo del 100% entre superficie y los 20 metros de profundidad», detalla. También confirma «que en profundidad (200 metros) se han detectado grandes volúmenes de alga suelta que interfieren con los arrastreros de la zona de Motril, La Rábita y Roquetas, sin tener conocimiento de su procedencia», continúa.
Según relata Vegara, hacía tiempo que andaba tras la información de la modelación propuesta por Antonio-Román Muñoz (UMA) que predice una distribución muy significativa en todo el Mediterráneo. Se ha publicado en el número 55 (diciembre de 2019) del boletín informativo de la Sociedad Española de Fucología, con el título de ALGAS y la conclusión principal es que «esta modelación muestra que la invasión está en un momento incipiente, que lo que ocurre en las costas andaluzas es el inicio de una invasión de ámbito internacional que le va a dar la «puntillá» al Mediterráneo. No es una catástrofe ecológica localizada en el Estrecho, es un desastre de carácter planetario que necesita de la acción coordinada e inmediata», avisa.
Por último, Antonio Vegara entiende que «mientras estamos confinados, sí, se puede trabajar para cuando podamos estar fuera de casa actuar de forma ejemplar y rigurosa», concluye.