Medio centenar de casos positivos de COVID-19 han sido detectados a bordo del portaaviones Charles de Gaulle, el buque insignia de la armada francesa, que se encontraba en misión en el norte de Europa y que ha tomado rumbo de regreso a su base de Tolón, en la costa mediterránea de Francia.
Así lo confirmó este viernes el Ministerio francés de Defensa, que precisó que tres marinos fueron evacuados este jueves en helicóptero hasta un aeropuerto de Lisboa, desde donde fueron trasladados en avión medicalizado a un hospital militar de Tolón.
Ante la sospecha de que algunos de los 1.760 ocupantes del portaaviones podían haber contraído el coronavirus, las autoridades militares enviaron este miércoles una misión compuesta de dos médicos y un experto en crisis biosanitarias para estudiar la situación a bordo y efectuar test.
De las 66 pruebas que hicieron a los marinos que presentaban síntomas, 50 han dado positivo, señaló Defensa, que señaló que no hay ningún caso grave y que las tres evacuaciones se hicieron «por precaución» y para preservar la capacidad del barco de atender posibles complicaciones.
Los contagiados han sido confinados en una zona del portaaviones que previamente había sido preparada a tal fin, mientras que se han reforzado las normas de prevención en el buque y se han repartido mascarillas entre todos sus ocupantes, que fueron proporcionadas por otro barco de la marina francesa.
El Charles de Gaulle abandonó su base de Tolón el pasado 21 de enero, cuando la epidemia de coronavirus todavía no se había declarado en Francia.
La Marina sospecha que el contagio se produjo durante una escala que la nave efectuó en Brest entre el 13 y el 15 de marzo, cuando el Gobierno francés recomendaba ya limitar las salidas del domicilio a la población, ordenó el cierre de bares y restaurantes, pero mantuvo la primera vuelta de las elecciones municipales.
Aunque el Estado Mayor anuló las tradicionales visitas a bordo de familiares en esa escala, los marinos sí pudieron abandonar el barco antes de poner rumbo al Atlántico norte, sin que desde entonces se produjera ninguna salida ni ninguna llegada.
Cinco días más tarde aparecieron los primeros síntomas y se destinó una zona del buque a confinarlos, aunque a falta de test, los médicos del portaaviones no podían confirmar si se trataba de COVID-19.
El pasado día 29, el barco atracó en Dinamarca, donde once marinos fueron evacuados con diferentes patologías. Al menos uno de ellos fue testado positivo a su llegada a Francia.
Ante el agravamiento de la situación, la ministra de Defensa, Florence Parly, ordenó hace cuatro días el final de la misión del Charles de Gaulle y su retorno a su base, hacia la que navega ahora cerca del Estrecho de Gibraltar. EFE