El sector pesquero europeo ha comunicado a la Comisión Europea las medidas urgentes que habrían de tomarse para poder garantizar la actividad pesquera y, consecuentemente, el suministro de productos pesqueros ante la situación creada por el coronavirus y ante los problemas operacionales, comerciales y humanos que el sector ha comenzado a detectar y que «se agravarán en las próximas semanas».
Así, en un comunicado enviado a la Comisión, Europêche, de la que forma parte la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), y la Asociación Europea de Organizaciones de Productores (EAPO), ha denunciado que, entre los problemas operacionales detectados por el sector, existen restricciones a las operaciones portuarias en terceros países, dificultades logísticas para la descarga de pescado entero congelado en puertos europeos y restricciones al envío de mercancías.
A ellos se suman otros como obstáculos para el relevo de tripulaciones de larga distancia debido a cuarentenas y aumentos en las tarifas de hasta un 300% de los envíos por falta de disponibilidad de, por ejemplo, contenedores refrigerados o quiebras en algunas compañías de seguros que comienzan a abandonar al sector.
En relación a los aspectos comerciales, el sector ha apuntado a la Comisión como principal preocupación derivada de la situación actual el colapso de los precios de primera venta debido, en gran medida, al cierre de restaurantes, turismo costero, centros educativos, de trabajo y servicios diversos de alimentación.
También apunta como un «grave» problema los retrasos que se pueden dar en la emisión de las documentaciones de capturas o certificados sanitarios, prioritarios para las labores de descarga y suministro
También apunta como un «grave» problema los retrasos que se pueden dar en la emisión de las documentaciones de capturas o certificados sanitarios, prioritarios para las labores de descarga y suministro.
Igualmente, entre los aspectos comerciales, el sector aduce dificultades para recibir pagos por las restricciones que ha impuesto el teletrabajo, así como de ciertos procedimientos financieros por ausencia de esta modalidad de trabajo en entidades financieras, y que afecta, por ejemplo, a la compra de divisas.
Por lo que se refiere a los aspectos que afectan a las personas y tripulaciones, ambas organizaciones señalan que no existe un protocolo de acción en caso de cuarentenas de buques europeos en puertos terceros, así como asistencia sanitaria regular en los mismos; imposibilidad de repatriación de marineros o dificultades en el suministro de medicamentos o material de protección, tales como mascarillas o guantes.
Tanto Europêche como EAPO han hecho partícipes en su escrito a la Comisión de que las medidas de protección que están adoptando los países miembros de la UE pueden poner en peligro la comercialización de productos pesqueros y la desaparición de la demanda y, en consecuencia, el cese temporal de las operaciones de pesca.
Con el fin de intentar paliar, en la medida de lo posible la situación, así como para «alentar» a los pescadores a continuar desarrollando su actividad, ambas organizaciones solicitan a la Comisión la opción de transferir más del 10% de sus cuotas de pesca existentes al próximo año, medida que ya fue ejecutada en 2014 y 2015 para las especies pelágicas.
Igualmente, solicitan establecer mecanismos de precio mínimo a través de las Organizaciones de Productores para ayudar a financiar la actividad, asegurando que los precios de intervención sean justos y cubran los gastos operativos.
También demandan garantizar a través de planes de emergencia estatales que los servicios logísticos pueden distribuir productos pesqueros con unos costes equilibrados que no repercutan ni en el productor ni en el consumidor, procurando que el precio de venta sea proporcional al precio intervenido en origen.
En su documento, tanto Europêche como EAPO reclaman también medidas que garanticen las necesidades logísticas de las tripulaciones y barcos, tales como transporte de tripulaciones, equipos o repuestos; protocolos de salud ajustados a cada flota, garantía de movimientos de tripulaciones entre embarcaciones y ciudades de origen y garantizar los suministros de medidas de protección, como mascarillas o guantes, tanto a los buques como a lonjas o centros de subastas de pescado.