En esta primera semana de crisis sanitaria por el coronavirus, los estibadores de Las Palmas han reforzado su actividad, para dar respuesta al aumento de contenedores cautivos que han llegado al puerto, aquéllos que se quedan en la isla para el abastecimiento de la población.
“El transbordo ha seguido con la dinámica de descenso que empezó hace varios meses, con la crisis en China”, explica Maximiliano Díaz, coordinador de los estibadores canarios, “pero el aumento del cautivo ha hecho que los estibadores tengamos que reforzar las manos. Lo hacemos con el máximo respeto a las medidas de seguridad indicadas por las autoridades sanitarias competentes, sobre todo los compañeros que trabajan a bordo de los barcos; somos conscientes de que cada uno de ellos es como un trozo de su país de origen y hay que extremar las precauciones”.
“La nuestra es una profesión de riesgo en condiciones normales, así que más aún en una situación extraordinaria como ésta”, continúa Díaz. “Sabemos que somos una pieza fundamental en el bienestar de los ciudadanos, por lo que estamos mentalizados de que nuestro esfuerzo es vital para el funcionamiento de la sociedad y, en estos momentos, para superar la crisis sanitaria en la que estamos inmersos. Lo hacemos con el compromiso que nos caracteriza a los estibadores y también protegidos”.
Así, utilizan mascarillas y guantes para acceder a los buques, usan las soluciones hidroalcohólicas dispuestas por las empresas en todas las terminales, evitan cualquier tipo de aglomeración, por ejemplo, ya no acceden a los barcos que traen vehículos de manera conjunta y en coche, sino de uno en uno y caminando, y las asambleas informativas que organiza de forma regular el sindicato han quedado suspendidas.
Al colectivo le gustaría insistir a las empresas sobre la importancia de estar bien protegidos, para que no se desabastezcan de mascarillas ni del resto de elementos necesarios, a pesar de la dificultad que, en ocasiones, están teniendo para conseguirlas.