El puerto de Motril está manteniendo la actividad dentro de la “excepcionalidad” que se vive por la crisis mundial provocada por el COVID-19. Según ha reconocido su presidente, José García Fuentes, “desde hace semanas se ha venido implementando el protocolo de actuación en todo el recinto portuario, siguiendo las indicaciones generales para prevenir su propagación, transmitidas por el Ministerio de Sanidad (en este caso Sanidad Exterior), a través del organismo público Puertos del Estado”. Así, se ha informado a las navieras y consignatarios de buques que operan y tienen tránsito con el Puerto de Motril de las medidas a adoptar en caso de detectar síntomas de coronavirus entre la tripulación o el pasaje.
En ese sentido, las terminales que operan Armas-Trasmeditarránea, en el muelle de Levante, y FRS, en Azucenas, han trasladado diariamente a sus pasajeros las medidas de prevención a seguir y han incrementado sus protocolos de actuación específicos, estableciendo la toma de la temperatura corporal, la higienización de las instalaciones con productos aprobados por Sanidad y la utilización de equipos de protección individuales. “Nuestra prioridad en todo momento es la seguridad de las personas por encima de cualquier otra consideración”, ha sentenciado García Fuentes.
Por otra parte, y desde la noche del jueves, el tránsito de pasajeros entre el la dársena granadina y las ciudades marroquíes de Nador, Alhucemas y Tánger ha quedado suspendido, según la decisión del Reino de Marruecos, manteniéndose el tráfico de mercancías en camión con conductor. Respecto a Melilla, al tratarse de un puerto español, el tráfico de pasajeros y mercancías se está haciendo con normalidad. En cuanto a la prohibición de la entrada de cruceros, acordada por el Consejo de Ministros, el puerto de Motril no se verá afectado puesto que la primera escala de la temporada llega el próximo 19 de abril.
A nivel interno, el Comité de Seguridad y Salud de la Autoridad Portuaria, con el asesoramiento del servicio de Prevención, ha tomado una serie de medidas encaminadas a prevenir el contagio y propagación entre sus trabajadores, como suspender el fichaje de control horario presencial mediante huella, fomentar el teletrabajo por un periodo mínimo de 14 días, el refuerzo de limpieza en las instalaciones y la suspensión de los viajes programados fuera del centro de trabajo.