El 2019 ha vuelto a ser un año histórico para el puerto de Algeciras, que cerró el ejercicio con un tráfico total de 109.367.964 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 1,87 por ciento respecto al año anterior y el mejor dato de su historia.
Estos datos colocan al enclave algecireño en el cuarto puesto de la Unión Europea después de que, en contra de la tónica general española, el puerto tuvo más exportaciones, en torno a un 60 por ciento de sus tráficos, que importaciones, según ha dado a conocer este lunes el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), Gerardo Landaluce.
Los incrementos más notables se produjeron en la mercancía general, que mejora un 6,1 % respecto a 2018, superando los 73 millones de toneladas.
En el lado opuesto están los graneles sólidos, que caen un 43,33 % y rozan el millón de toneladas.
Según Landaluce, este descenso se debe, en especial, al menor tráfico de materias primas de la planta de Acerinox en la vecina localidad Los Barrios, así como del carbón.
En lo que respecta a contenedores, las dos terminales del puerto de Algeciras, las de APM y TTI, cerraron un año récord, con un total de más de cinco millones de teus (unidad de medida para contenedores de veinte pies), un incremento del 7,26 % respecto a 2018.
En cuanto a pasajeros, fueron algo más de seis millones los que usaron las líneas marítimas del Estrecho, un 2,51 % más que el año anterior.
Respecto a estas líneas marítimas, el mayor incremento se apreció en el tráfico ro-ro, el de camiones sin pasaje, que superó las 367.000 unidades, un 8,63 % más que el año anterior.
Situación preocupante
En el análisis realizado hoy por el presidente de la APBA ha merecido un capítulo destacado el ferrocarril, ya que desde que el pasado mayo el Puerto de Algeciras recuperara el tráfico de trenes de mercancías interrumpido en octubre de 2018 tras el derrumbe del terraplén sobre el Arroyo de las Tinajas, la actividad ferroviaria en la dársena del Estrecho se ha disparado operando 541 trenes de mercancías, un 16% más que el año anterior. En esos 8 meses el movimiento de contenedores ascendió a 15.624 Teus (+87%) entre tráficos multinaviera y cliente.
Con todo, las mejoras de la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla-Madrid evolucionan “a ritmo tremendamente lento y plazos preocupantes”, sobre lo que Landaluce ha explicado que el embudo no se encuentra en la financiación, sino en la tramitación de los proyectos. Así, los dos apartaderos que debe ejecutar Adif entre Algeciras y Bobadilla con cargo al Fondo de Accesibilidad, cuentan con financiación disponible desde 2017 y aún no están en proceso de licitación. Además, el presidente de la APBA ha asegurado que estos 2 apartaderos de 750 metros -fundamentales al no considerarse el desdoble de la vía- “según nos dicen no podrán estar disponibles hasta dentro de 3 años”. A esto hay que sumar que el tramo Algeciras-Córdoba necesita 9 apartaderos más para operar con garantías el creciente tráfico ferroviario que genera el primer puerto del país. Para intentar agilizarlo la APBA viene trabajando con ADIF a quien ha trasladado la necesidad de que se dé prioridad a la tramitación de estos proyectos “porque la situación es preocupante”.
Sobre el Puesto de Inspección Fronteriza (PIF), Gerardo Landaluce ha insistido en que la situación a día de hoy está normalizada, y ha reconocido el “ingente” volumen de trabajo que sus trabajadores son capaces de sacar adelante. No obstante, ha detallado la necesidad de cubrir de forma urgente las 2 plazas de inspectores de mañana, 5 plazas de inspectores para la plantilla 24 horas y 8 de administrativo 24 horas para hacer frente al aumento de los tráficos del Puerto de Algeciras en general y al aumento del 30% en la carga de trabajo en Sanidad Vegetal que provoca la entrada en vigor del Reglamento Comunitario 2031/2016, en particular. Todo ello ha sido trasladado por la APBA a la secretaría de Coordinación Territorial, a Puertos del Estado y a la Subdelegación del Gobierno, así como la profunda preocupación mostrada por operadores y Comunidad Portuaria, Apemar, Ateia o el Colegio de Agentes de Aduanas, entre otros. Landaluce ha hecho extensiva esta necesidad al conjunto de puertos españoles frente a los del norte de Europa “donde la fluidez es considerable”.
En cuanto al dragado del bajo del Mar de Isidro tanto el presidente de la APBA, como el director general, José Luis Hormaechea, han sido tajantes: el proyecto no contempla voladuras, está situado fuera del Parque del Estrecho y está directamente vinculado a la seguridad en la navegación, no teniendo nada que ver con la ampliación del puerto.