El hallazgo del pecio del “Rúa Mar” es esencial para poder aclarar qué pudo suceder en la madrugada del 23 de enero, en aguas próximas a Cabo Espartel para que el palangrero, de 14 metros de eslora, acabase en el fondo del mar.
Los equipos de rastreo continúan día y noche, peinando toda la costa para tratar de localizar el buque
La Comisión de Accidentes Marítimos del Ministerio de Fomento ha iniciado un procedimiento ordinario de investigación, que en la actualidad basa sus trabajos en recopilar toda la información técnica del buque y recopilar los diferentes condicionantes que pudieron provocar el hundimiento, como las condiciones meteorológicas o la carga que pudiese transportar el buque. Un trabajo que se alargará en el tiempo, sobre todo por la imposibilidad – de momento – de contar con el barco siniestrado y con testigos de lo ocurrido.
Mientras, los equipos de rastreo continúan día y noche, peinando toda la costa para tratar de localizar el buque, con la ayuda del sónar del Instituto Español de Oceanografía instalado en el buque de Salvamento Marítimo “Clara Campoamor” y el ROV (robot submarino) con el que se trata de analizar el fondo marino ante posibles hallazgos, como el de principios de semana, cuando se localizó un pecio que finalmente, no resultó ser el “Rúa Mar”.
El rescate del buque puede arrojar luz sobre las posibles causas del naufragio. Ahora, no obstante, a falta de que la investigación abierta por la Comisión de Accidentes Marítimos del Ministerio de Fomento pueda en un futuro extraer conclusiones definitivas sobre lo ocurrido al “Rúa Mar”, lo importante es, dar con el paradero de los cuatro tripulantes que aún quedan por localizar (Angel, Iván, Daniel y Antonio).