Ecologistas en Acción ha denunciado que las lluvias de los últimos días (65-70 litros/m²) han provocado el primer gran vertido de aguas residuales en las playas de Sanlúcar de Barrameda. Desde la Calzada hasta Bonanza, por 6 puntos negros se han vertido durante varios días aguas fecales sin depurar, dejando un rastro de decenas de miles de toallitas sobre la arena.
Durante años no se ha mejorado el sistema de alcantarillado, bien para separar las aguas fecales y pluviales, o bien para construir y poner en funcionamiento depósitos que almacenen temporalmente las aguas residuales
Según los conservacionistas, cualquiera que pasee estos días por las playas de la Calzada y de Bonanza puede observar sobre la arena un rastro de decenas de miles de toallitas de baño, porque los dos arroyos naturales (San Juan y Salto del Grillo) están gravemente contaminados debido a que reciben enganches del alcantarilllado. Habitualmente sus aguas van a la red principal de dicho alcantarillado, pero cada vez que llueve, su caudal aumenta y vierten grandes cantidades de aguas pluviales y fecales directamente a la playa.
Además, «durante años no se ha mejorado el sistema de alcantarillado, bien para separar las aguas fecales y pluviales, o bien para construir y poner en funcionamiento depósitos (tanques de tormenta) que almacenen temporalmente las aguas residuales cuando llueva, evitando que se viertan a la playa. Por ello, cuando llueve, las aguas fecales salen directamente a la playa también, por 4 bocas del alcantarillado (Calzada de la Infanta, Cerro Falón, Cabo Noval y Bonanza)», insisten los ecologistas en un comunicado, que concluye diciendo, que «una parte de la ciudadanía tiene la mala costumbre de tirar las toallitas de baño al váter. Estas toallitas, que no son biodegradables, acaban atascando tuberías, estropeando maquinaria de la depuradora o yendo a parar a la playa y al mar. Y en cualquier caso, provocando un daño a los bienes comunitarios».
Ecologistas en Acción coonsidera que estos vertidos son ilegales y un riesgo para la salud y el medio ambiente, por lo que deben ser eliminados lo antes posible: poniendo en funcionamiento el tanque de tormentas, mejorando el alcantarillado, eliminando todas las conexiones de éste a los arroyos y depurando todas las aguas residuales. «Aunque la responsabilidad principal de estos vertidos es de la empresa Aqualia y de las Administraciones local y autonómica, los sanluqueños tienen también el deber de defender los bienes públicos que son de toda la ciudadanía y que nos proporcionan salud y calidad de vida», añaden.