Las plataformas ecologistas Salvemos Valdevaqueros y Valdevaqueros Natural solicitan, ante los indicios de incumplimientos de las condiciones exigidas por las administraciones públicas que autorizaron este chiringuito, que se incoe el correspondiente procedimiento de caducidad de esta licencia.
El informe presentado ante la Delegación Provincial de la Consejeria de Agricultura, Ganadería Pesca, y Sostenibilidad de la Junta de Andalucía ofrece información y denuncia ante las diferentes administraciones públicas implicadas y con competencias en este asunto, sobre irregularides e impactos negativos del chiringuito Bibo Tarifa (anterior proyecto EOLO/Tarifa) sobre los terrenos y el entorno que ocupa dentro del PN El Estrecho.
Según los conservacionistas, «Bibo Tarifa tiene concedida autorizaciones condicionadas por resoluciones de la Junta de Andalucía y por el consistorio de Tarifa para desarrollar un «proyecto de establecimiento hostelero de playa y escuelas de actividades náuticas y de naturaleza». Igualmente, Bibo Tarifa tiene la obligación de restaurar el lugar en vez de deteriorar el entorno protegido, como desgraciadamente hemos visto in situ. Tras varias inspecciones de la zona en noviembre 2019, nos preocupa que estos objetivos de restauración no se cumplan», explican.
Las plataformas recuerdan el valor ecológico del lugar, que se encuentra bajo cinco figuras distintas de protección: 1999 Lugar de Interés Comunitario, 2003 Zona de Especial Protección para las Aves, 2003 Parque Natural del Estrecho, 2006 Reserva Biosfera y 2012 Zona Especial de Conservación.
En el informe destaca el hormigonado de algunas estructuras, «hecho que está completamente prohibido en este proyecto, por otro lado, se observan diferentes agresiones e impactos sobre el suelo y la zona arqueológica. Hemos detectado el uso de quads, y el uso del lugar para almacenar catamaranes y un conteiner que no forma parte del proyecto autorizado. Igualmente esta siendo habitual el paso del quad por la zona dunar, la cual se supone debe ser protegida y no deteriorada», sostienen.
Además, se ha solicitado que se investigue si el depósito de aguas fecales «cumple con los requisitos técnicos de su fabricante para su instalación, así como su seguridad. Igualmente en las visitas efectuadas por nuestros activistas al entorno se observan bloques de hormigón para sujetar los diferentes elementos de la zona donde se ubican los depósitos», apuntan.
Por otro lado, «dudamos de que se cumpla el proyecto de regeneración del entorno, inicialmente se plantaron macetas a los largo del camino de entrada y con el tiempo y la falta de mantenimiento se han perdido las especies vegetales. El proyecto de revegetación, que debió ser presentado en un plazo superior a un mes desde el inicio de las obras, y cuya ejecución debería realizarse obligatoriamente en la temporada del año 2017-2018.
Entre otras, destaca que la empresa debería presentar una memoria anual al Parque Natural del Estrecho en la cual se describa el programa educativo previsto a desarrollar por el aula de la naturaleza vinculada al establecimiento.
«Hasta donde sabemos, ni siquiera ha habido un solo evento. Por ello, solicitamos que se aclare y se investigue este asunto. Igualmente, para ello hemos solicitado la memoria educativa del aula de la naturaleza impartida durante 2019. También solicitamos más información sobre el programa educativo previsto a desarrollar por el aula de la naturaleza para el actual 2020», detallan.
A todo esto, hay que decir que el Proyecto Básico (2.2.4 -Solución adoptada), establece que el carril de acceso desde el límite de la vía pecuaria hasta el aparcamiento será mediante una capa compactada de zahorra natural y tendrá una longitud de 86 metros. Sin embargo, el 28 de noviembre de 2019, se iniciaron una obra para extender el carril de acceso a través del aparcamiento eventual hasta el aparcamiento permanente de 40 plazas y también para pasar junto a los depósitos de aguas residuales. «Nuestras organizaciones han preguntando si esta obra fue autorizada por las autoridades pertinentes. Igualmente no se está respetando el uso restringido de 40 plazas en la época no estival por lo que los vehículos están deteriorando el suelo de forma grave. Igualmente se ha permitido la pernocta de vehículos, lo cual no está permitido», dicen.
Finalmente, los promotores del proyecto indicaron que su intención era perimetrar los restos arqueológicos para evitar que se camine por encima de ellos. También que se colocaría un vallado en la rampa de madera desde el restaurante a la playa, para evitar así que los clientes invadan zonas aledañas, «cuestiones que no se está respetando», avisan.
El informe finaliza «ante el impacto paisajístico negativo en el entorno ilustrado con imágenes, la retirada de los carteles publicitarios que no están autorizados y solicitamos informe que evalúe las emisiones lumínicas del restaurante y el aparcamiento por la noche con respecto a la contaminación lumínica y la eficiencia energética», refieren.
Por todo ello, – concluyen los ecologistas – «hemos solicitado a la Junta de Andalucía que ante los incumplimientos de las condiciones y prescripciones impuestas en la autorización se incoe el correspondiente expediente de caducidad de la autorización, sin perjuicio de otras responsibilidades que pudieran derivarse de dicho incumplimiento».