La topografía de la zona del Estrecho de Gibraltar descendió 1.500 metros por el elevado grosor de la litosfera, la capa superficial de la Tierra sólida, según un estudio elaborado por un equipo de investigadores del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (ICTJA-CSIC).
El trabajo, publicado en la revista «Journal of Geophysical Research: Solid Earth», reconstruye la estructura en profundidad del límite de placa entre África e Iberia a lo largo de 945 kilómetros, describiendo la distribución de densidades, temperaturas y composición de la litosfera y sublitosfera.
La investigación estima que la topografía del Estrecho de Gibraltar habría descendido entre 1.500 y 2.000 metros debido al engrosamiento de la litosfera bajo el dominio de las Sierras Béticas y el Rif (Marruecos), provocado por la subducción -el proceso de hundimiento de una placa litosférica bajo otra en un límite de placas- que se produce en el Arco de Gibraltar.
«El tirón hacia abajo provocado por el peso de este bloque litosférico que se hunde en el manto sería el causante de la subsidencia de la topografía en esta zona, entre unos 1.500-2000 metros», explica la investigadora del ICTJA-CSIC y primera autora del estudio, Ivone Jiménez-Munt.
«La última fase de esta subsidencia podría ser la responsable de la reconexión que se produjo a través del Estrecho del Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, ocasionando la reinundación del Mediterráneo que puso el punto y final a la Crisis Salina del Messiniense, hace unos 5,3 millones de años», añade.
El trabajo muestra las variaciones significativas de la profundidad a la que se ubica el límite entre la litosfera y la astenosfera, una capa del manto más densa y fluida sobre la que se desplazan los bloques que conforman la litosfera.
Bajo las cordilleras Béticas y del Rif es donde el límite entre litosfera y astenosfera alcanza sus valores máximos, situándose a unos 220 y 260 kilómetros de profundidad respectivamente.
Según Jiménez-Munt, la zona estudiada es compleja, ya que «el límite de placa entre África y Eurasia es difuso, con una amplia zona de deformación, a lo largo del tiempo, ha ido saltando entre el sur de la Península Ibérica y el norte, en los Pirineos; ahora se distribuye entre las Béticas y el norte de África». EFE