Los responsables de la refinería “Gibraltar-San Roque” de Cepsa se han visto obligados a paralizar los contratos que mantenía con diferentes contratas para el desarrollo y ejecución del proyecto denominado “Fondo de Barril”, declarado “prioritario” por la Junta de Andalucía.
Cepsa pide que “se evite incurrir desde este momento, en cualquier gasto o costo” con cargo a este proyecto, hasta nuevo aviso
Según un escrito remitido por la compañía petrolera a los responsables de las empresas que trabajan en dicho proyecto y al que ha tenido acceso Radio Algeciras de la Cadena SER, la compañía pide que “ante los retrasos inesperados en la emisión por parte de las autoridades pertinentes de algunas de las licencias y permisos requeridos para la implementación completa del Proyecto del fondo del barril – retrasos que están fuera del control de Cepsa y que afectan el cronograma inicialmente establecido por ese proyecto – se ha pedido a las contratas que ya tenían previsto incorporarse al mismo que “al no estar claro cuánto tiempo durarán los retrasos, y con el objetivo de evitar cualquier costo adicional en ambos lados” , se suspendan de inmediato todas las actividades relacionadas con los servicios contratados.
En el mencionado escrito, Cepsa pide que “se evite incurrir desde este momento, en cualquier gasto o costo” con cargo a este proyecto, hasta nuevo aviso.
Este proyecto se encuentra a la espera de los permisos que debe emitir el Ministerio para la Transición Ecológica, a pesar de la declaración de proyecto prioritario por parte de la Junta de Andalucía. A esto se suma, la decisión – en su día – del ayuntamiento de San Roque, de paralizar parte de los trabajos como consecuencia de la denuncia interpuesta por grupos ecologistas, como consecuencia de supuestas modificaciones llevadas a cabo en el proyecto inicial.
Ante esta situación, no se descarta que la compañía decida, antes de que concluya el mes de enero, qué hacer en referencia a un proyecto vital para el futuro de la refinería campogibraltareña, ya que de no poder concretar la reactivación del proyecto, podría ser la sentencia de estas instalaciones, lo que generaría la pérdida de más de 3.000 puestos de trabajo. Al menos, así lo asegura, Fernando barba, responsable de UGT en la refinería sanroqueña, quien ha confirmado la existencia de contactos con la dirección para abordar esta difícil situación, ya que el futuro de estas instalaciones depende en gran medida de la ampliación que se proyectó y que además, otorgará un mayor valor medioambiental a las actuales instalaciones, por las mejoras que contempla en ese sentido.