El año 2019 ha estado marcado por las «trabas» y «dificultades» para que barcos humanitarios como el ‘Open Arms’ rescaten a personas en embarcaciones a la deriva en el Mediterráneo central y para su posterior desembarco en un puerto seguro de la Unión Europea.
El buque humanitario comenzó el año «bloqueado» en el puerto de Barcelona. La Dirección General de la Marina Mercante, dependiente del Ministerio de Fomento, le denegó el permiso de salida hacia la zona de Salvamento y Rescate del Mediterráneo central, apelando al cierre de los puertos de Italia y Malta, entre otros motivos.
El buque humanitario comenzó el año «bloqueado» en el puerto de Barcelona
Tras seis meses de bloqueo, el barco levó anclas y partió hacia la zona a pesar de que no contaba con la debida autorización. «En ese periodo murieron 400 personas en el Mediterráneo central. Fue una acción deliberada para que no hubiera nadie rescatando», ha incidido Camps, quien ha recordado que no hay ninguna operación ni civil ni militar de la Unión Europea para garantizar la intervención en casos de naufragios en esas aguas.
La decisión de volver a navegar en contra del criterio de las autoridades españolas llevó a la ONG a recibir una amenaza de multa de más de 900.000 euros si acometía operaciones de búsqueda y salvamento. Para Camps, ese aviso de multa «legalmente no tiene fundamento» y, por este motivo, solo quedó un aviso.
En este contexto, la ONG «ha agotado todos los mecanismos legales» contra quienes trataban de impedir su labor de rescatar vidas, especialmente contra el exministro de Italia Matteo Salvini, que, entre otras cosas, también amenazó a la ONG con multas si se dirigía a puerto italiano para desembarcar a migrantes rescatados en el mar.
La prohibición de entrada en aguas italianas provocó que el pasado mes de agosto el barco estuviese a la deriva en aguas del mediterráneo durante unos 20 días con alrededor de un centenar de migrantes rescatados. Finalmente la justicia ordenó el desembarco de los migrantes a bordo, después de que la ONG recurriese la prohibición.
Desde agosto, tras la apertura de Italia y la salida de Salvini, la situación ha cambiado y la asignación de puerto y desembarco de migrantes se produce a los «3 o 4» días del rescate.