España intentará suavizar este lunes y martes los recortes que la Comisión Europea ha planteado para las capturas de merluza de aguas ibéricas y jurel del Cantábrico, para los que propone reducciones en sus posibilidades de pesca para el conjunto de la flota comunitaria del 20% y del 42%, respectivamente.
Los ministros de Pesca de la Unión Europea afrontan las negociaciones para fijar los Totales Admisibles de Capturas (TAC) en el océano Atlántico y el mar del Norte en 2020 en una reunión que se desarrollará durante los dos días y, salvo sorpresa, no llegará hasta el acuerdo hasta la madrugada del martes al miércoles.
La delegación española estará encabezada por el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y centrará sus esfuerzos en conseguir que los recortes previstos por Bruselas sean menores para los dos stocks, según han explicado fuentes diplomáticas.
El caballo de batalla para España será, en concreto, la merluza sur, que se pesca en aguas del Cantábrico y desde el sur de Finisterre hasta el Golfo de Cádiz. Las autoridades comunitarias quieren que el recorte para la especie alcance el 20%, pero la delegación española peleará conseguir que la disminución se limite al 3%, el «mejor escenario» posible porque es más alto de los que mantienen al ‘stock’ dentro del rendimiento máximo sostenible (RMS).
Más abiertas están las negociaciones sobre el jurel del Cantábrico, para el que no hay todavía no hay rangos. En cualquier caso, el Gobierno considera que «ha margen» para un recorte «menos drástico» de sus capturas, en comparación con la bajada del 42% planteada por el Ejecutivo comunitario.
Con respecto al jurel pescado al sur de Finisterre y en el golfo de Cádiz, España considera que es un error la propuesta de la Comisión de bajar sus capturas un 50% porque la recomendación científica apunta incluso a una subida.
España, por contra, ve «poco margen de mejora» con respecto a la cigala del Cantábrico, para la cual Bruselas propone continuar con el cierre de la pesquería en lo que sería el quinto año consecutivo de veda.
El Gobierno admite «preocupación» por el acceso final de la flota española al bacalao del mar Céltico, una especie para la que España no tiene cuota pero necesita toneladas para que las capturas accesorias de este stock no ‘estrangule’ la actividad de buques que buscan merluza, gallo y rape en aguas del norte debido a la obligación de desembarque.
Más allá de los recortes propuestos para las capturas mencionadas, el Ejecutivo comunitario quiere recortar las capturas de rape en aguas ibéricas(un 3%), aunque se ven compensadas por incrementos de este stock en el Golfo de Vizcaya (+8%) y en el Gran Sol (+7%).
De la misma firma, prevé incrementos en las posibilidades de pesca de gallos, tanto en el Cantábrico, la costa portuguesa y el Golfo de Cádiz (+12%) como en el Golfo de Vizcaya (+8%).