Científicos que participan en el I Congreso Mundial de Mamíferos Marinos que ha comenzado este lunes en Barcelona han señalado que «existe esperanza para los mamíferos marinos porque ahora hay la tecnología necesaria para salvarlos».
El biológo conservacionista Charles Littnan, que trabaja con delfines, ballenas y focas desde Honolulu (Hawái), ha destacado en un encuentro con periodistas que existen «historias de esperanza», que se están desarrollando «técnicas innovadoras que nos hacen mejorar de forma muy lenta» y que «estamos aprendiendo de los errores previos».
Aun así, Littnan ha destacado que la situación de las especies de mamíferos marinos «cada vez va a peor» y que la situación requiere «una actuación inminente porque no queda tiempo».
El experto en mamíferos marinos de la British Antarcticy Survey Jaume Forcada ha puesto en valor toda la información de la que se dispone ahora: «si juntásemos todas las piezas del puzzle, podríamos evitar la sobreexplotación».
Forcada ha hablado de la situación del océano Antártico y del sur del Atlántico, donde ha asegurado que «está habiendo un calentamiento muy rápido durante las últimas cuatro décadas».
Para el biólogo catalán, «tenemos mucha información, no solo sobre mamíferos marinos, sino sobre otros de los elementos del ecosistema como los pingüinos, pero no los estamos poniendo en común, no estamos usando los datos de los que disponemos».
«Si uniésemos todos los conocimientos que hay disponibles, sería posible convencer a las empresas que sobreexplotan la costa antártica de que es posible respetar a los mamíferos marinos», ha defendido Forcada.
El veterinario italiano Bruno Cozzi ha anunciado algunos de los avances que ha hecho la ciencia en el conocimiento de estos animales y ha recordado la dificultad que tiene analizar a los mamíferos marinos respecto a los animales terrestres.
«Tenemos que abandonar el marco mental de la anatomía de los animales terrestres -ha señalado Cozzi- para centrarnos en la suya propia, solo de esa forma podremos entender cosas tan extraordinarias como que sean capaces de aguantar dos horas sin respirar bajo el agua».
Para Cozzi, la nueva información sobre el funcionamiento de los organismos de los mamíferos marinos «permitirá diseñar estrategias más eficaces para su preservación».
El investigador Simone Panigada ha presentado su investigación, que ha permitido conocer «el estado de los ecosistemas del 75 % de las costas del Mediterráneo» como otro de los estudios que permiten avanzar en la preservación de los mamíferos marinos
El investigador Simone Panigada ha presentado su investigación, que ha permitido conocer «el estado de los ecosistemas del 75 % de las costas del Mediterráneo» como otro de los estudios que permiten avanzar en la preservación de los mamíferos marinos.
Otros científicos presentes en el acto han señalado los peligros que afrontan los mamíferos marinos, como la investigadora del Instituto Polar Noruego Heli Routti, que investiga los microplásticos y otros contaminantes que acaban en los cuerpos de los estas especies.
Routti ha recalcado que es necesaria «una regulación del consumo y la producción de plásticos porque la contaminación que sufren los mamíferos marinos acaba afectando también a los humanos».
Charles Littnan ha destacado en la misma línea que «es importante hacer ver a la gente que mejorar y conservar la biodiversidad tiene un impacto directo en la calidad de vida de las personas para que exista una implicación ciudadana».
Este acto también ha servido para recordar la situación de la vaquita, un cetáceo que vive en las costas de México y que se ve amenazado por la pesca furtiva de totoabas, un pez muy valioso en el mercado negro chino.
El profesor de la Universidad de Duke Andy Read ha expresado «el enfado e impotencia» que le supone ver que el gobierno mexicano no actúa «a pesar de que solo quedan una docena de ejemplares y existe una alta probabilidad de que la especie se extinga el año que viene».
El doctor Lars Bejder, del Instituto de Biología Marina de Hawái, ha añadido que la situación de la vaquita es extrapolable a muchos otros mamíferos marinos y que «se ha llegado al punto donde son necesarias acciones drásticas». EFE