La región del Mediterráneo es una de las más vulnerables en la crisis climática, hasta el punto de que es la que más rápidamente se calienta, algo que, de no cambiar, acarreará graves estragos y modificará para siempre su paisaje y sus sociedades.
La cuenca mediterránea, delimitada por los países del sur de Europa, el norte de África y Oriente Medio, registró un aumento de la temperatura de 1,5 grados respecto a la era preindustrial y cuatro décimas por encima de la media global (1,1 grados).
«En términos generales la zona del Mediterráneo es la que tiene más estrés derivado del calentamiento global», explica a Efe Ana Iglesias, docente de la Universidad Politécnica de Madrid y una de las autoras de un completo informe que demuestra este hecho.
El documento, elaborado la Unión por el Mediterráneo, el Centro Europeo-Mediterráneo sobre Cambio Climático o el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, entre otras instituciones, plantea un futuro en efecto poco alentador.
Las proyecciones climáticas prevén «cambios significativos» en la zona: además del calentamiento medio, se espera una disminución de las precipitaciones en la parte centro-sur del Mediterráneo y un aumento de la frecuencia y de la intensidad de los fenómenos extremos
Las proyecciones climáticas prevén «cambios significativos» en la zona: además del calentamiento medio, se espera una disminución de las precipitaciones en la parte centro-sur del Mediterráneo y un aumento de la frecuencia y de la intensidad de los fenómenos extremos, indica Andrea Toreti, científico del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, que también firma el informe.
En definitiva habrá más olas de calor, sequías y lluvias torrenciales que, en opinión del investigador, «podrán provocar efectos socio-económicos y medioambientales devastadores», como conflictos, enfermedades, desastres o más migraciones.
Unas amenazas presentes en la vigésimo quinta Conferencia de las Partes (COP25) que se celebra en Madrid, una nueva oportunidad política y civil para estudiar medidas que las atajen y que en esta jornada se centra en los océanos, mares y agua.
Una de las razones por las que la cuenca del Mediterráneo está más expuesta a los efectos del cambio climático deriva de sus sistemas de circulación de la atmósfera, muy cerrada al tener como única salida el estrecho de Gibraltar, entre España y el norte de África.
A esto se suma que la zona tiene «muy pocos mecanismos naturales» con los que mitigar los efectos negativos del clima, explica Iglesias, como la escasez de bosques o de humedales.
Y además, entre otros factores, está bordeado por una intensa actividad humana e industrial, siendo una de las rutas comerciales más concurridas del planeta.
CONSECUENCIAS
1) Falta de agua: La consecuencia más grave de este fenómeno es la escasez de agua dulce, a causa de tres factores fundamentales: la caída de las precipitaciones, el aumento del calor y el crecimiento de la población.
Alrededor de 180 millones de habitantes del área del Mediterráneo padecen pobreza hídrica, pues solo tienen acceso a 1.000 metros cúbicos anuales por cabeza, pero la cifra podría crecer hasta las 250 millones de personas en solo dos décadas, se vaticina.
Además la disponibilidad de agua dulce podría caer en un 15 % en las próximas décadas si el aumento de la temperatura alcanza los dos grados, lo que supondría desigualdades, conflictos, migraciones y graves daños para la agricultura.
2) Aumento del nivel del mar: el calentamiento global y la pérdida de hielo glaciar ha aumentado el nivel del Mediterráneo entre 1945 y el 2000 en 0,7 milímetros por año, pero la tendencia se ha agudizado entre 1970 y 2006, con un crecimiento de 1,1 milímetros anuales.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) advierte en su último informe que el mar podría crecer hasta 1,1 metros en el peor de los casos hacia finales de siglo, lo que inundaría zonas costeras de todo el mundo.
En el Mediterráneo, el informe avisa que al menos quince ciudades portuarias con una población superior al millón de habitantes corren el riesgo de ser anegadas a menos que adapten sus infraestructuras.
3) Fenómenos meteorológicos extremos: Las olas de calor serán más intensas pero algo que preocupa sobremanera son las lluvias torrenciales y las inundaciones, que serán más frecuentes y no aliviarán la escasez de agua y podrían romper la red hidrológica.
4) Riesgos para la salud humana: El informe advierte que el clima tiene efectos directos e indirectos en la salud de la gente. Entre estos destaca la radiación ultravioleta, las enfermedades o los estragos y las muertes generadas por las altas temperaturas.
5) Destrucción de ecosistemas: Los fauna y flora del Mediterráneo, sus bosques o sus fondos marinos, enfrentan un «desafío sin precedentes» por el cambio del clima, con alto riesgo de desertificación, y por la actividad humana, como la contaminación, la explotación o los incendios.
El mar Adriático también ha experimentado un aumento de su temperatura, tal y como avala la serie de datos recogida durante los últimos 117 años en el puerto italiano de Trieste, en la zona septentrional de esa franja de mar.
Los expertos del Instituto del Consejo Nacional de Investigaciones han usado esa secuencia de datos, la más amplia de la zona, para demostrar que el Adriático ha aumentado su temperatura en 1,1 grado en el último siglo en su superficie.