La irrupción de un posible tratamiento, aportado por una empresa americana que, según parece, toma el basalto como elemento esencial para erradicar el alga invasora de nuestras costas, ha sembrado dudas en algunos colectivos de la zona.
El más contundente y explicativo en sus argumentos es Antonio Vegara, ecologista y docente en la Sección de Educación Permanente de Tarifa, que, en este reportaje reciente de EL ESTRECHO DIGITAL, aportaba posibles soluciones para combatir con la ugulopteryx okamurae.
Haciendo uso de sus redes sociales, ha expuesto su opinión fundada sobre los entresijos de esta nueva forma de hacer frente a esta especie y la experiencia de las empresas que se encargarían de ponerlas en marcha. «La empresa Vergiorganic, anteriormente Humus de la Janda S.L., tiene como socio y administrador único a Antonio Blázquez Marín. Se constituyó el 20 de noviembre de 2017, sin haber publicado hasta la fecha sus cuentas anuales, con el mínimo capital exigible, 3.000 euros. No consta ninguna participación de la empresa americana Bright Core Quantum, por tanto Vergiorganic no es su filial, desconociendo si poseen algún acuerdo comercial aprovechando la oportunidad de negocio que encierra la catástrofe ambiental de la invasión algal».
Sobre el escenario físico y biológico, «el de Rugulopteryx okamurae no es el tipo de escenarios para el que Bright Core Quantum ha desarrollado su metodología, que es para zonas contaminadas con alta deficiencia de oxígeno y proliferación de algas que crecen en medios eutrofizados», expone Vegara.
De otro lado, «actuar sobre los escarpados fondos del Estrecho con maquinaria para filtrar agua de mar y cambiar sus características física y químicas con una mezcla de «piedra pome y aceites» para evitar la proliferación del alga invasora asiática suena a ciencia ficción», entiende.
«La empresa, con la caricia del delegado Territorial de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible Daniel Sánchez Román, pretende realizar un ensayo nada más y nada menos que en el litoral protegido del Parque Natural del Estrecho. Estos experimentos son arriesgados sin una prueba piloto en laboratorio o en tanques. Afectaría a todo el ecosistema. De entrada son necesarias exponer otras alternativas», comenta.
Por último, Antonio Vegara asegura que «he estado intentando encontrar algo de esa empresa o de los proyectos que han lanzado y no hay manera de encontrar nada, a pesar de que las noticias recogen actuaciones en Noruega, Canadá, EE.UU.-Miami, Uruguay y Golfo de México. Así es imposible hacerse una idea objetiva del proyecto que pretenden. Ni siquiera su web está activa y en literatura científica nada tampoco. ¡Qué Dios nos coja confesados!», concluye.