La Asociación de Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar está de enhorabuena, ya que durante este año celebra su vigésimo aniversario desde su fundación, allá por 1999. Inicios, como casi todos, complejos, que giró en torno a la figura del que aún hoy y para siempre será considerado como alma mater de este colectivo, Rafael Gutiérrez Mesa, tristemente fallecido hace algo más de un año y medio.
Él fue el impulsor de la creación de un organismo oficial para coordinar y aprobar los intentos de cruzar nadando el Estrecho de Gibraltar, desde Tarifa hasta Tánger. Por entonces, era Cruz Roja quien daba asistencia a los deportistas que decidían emprender la aventura de ir de una orilla a otra como reto de superación o promesa.
Ahora, 20 años después, se cuentan por cientos – la asociación tiene registrados casi 1.500 – los osados que pueden presumir, como ocurre, por ejemplo, en aquéllos que se suben al Everest, de haber completado una de las rutas marítimas más complejas, por sus corrientes, del mundo.
Rafael ya no está, pero ha dejado en sus hijas Ana (secretaria) y Laura (actual presidenta), además de Cristina, Fernando y Antonio, un gran legado que sigue prestando la mejor atención posible a las personas, llegadas desde todos los rincones del mundo, que aterrizan en Tarifa en busca de un cruce que sirva de acicate en sus vidas y que ACNEG se encarga, desde hace 20 años, de facilitarlo al máximo.