Algeciras cuenta en la zona sur, entre la Punta de San García y El Rodeo, entre la dársena del Saladillo y Getares, de una pequeña ensenada que, aunque ahora se pueden contar echando un simple vistazo los usuarios que la visitan, en sus tiempos era de las playas preferidas por sus ciudadanos.
Apenas 250 metros de aguas tranquilas, aunque con algunos arrecifes rocosos, más que conocidos por aquellos habituales que saben de sobra su perfecta ubicación, de ahí que sean pocos los osados que se deciden a tomar un baño.
La presencia masiva de las algas que tanto perjuicio está provocando por estos lares ha echado para atrás a una buena legión de algecireños que antaño pasaban jornadas completas de playa en su rincón preferido.
Aunque antes de las algas, desde hace varias décadas, la construcción de viviendas en primera línea fue asfixiando esta parte del litoral, principalmente en lo que a accesos se refiere, haciendo muy complicada su entrada a los usuarios, que sólo disponen de una vía, a través de la avenida Carlos Cano, a la altura de la Urbanización Campo de Golf de Getares.
Precisamente, muchos se preguntan qué hubiera sido de esta zona de Algeciras si se hubiera conservado y potenciado esta instalación deportiva y, junto a ella, el tramo de costa que le correspondía de manera natural y que tanto ha cambiado y se añora.