Un proyecto de investigación sobre la invasión del alga asiática Rugulopterix okamurae, liderado por el catedrático de Biología Marina, José Carlos García Gómez, tiene su base en La Línea de la Concepción. Por iniciativa de la Universidad de Sevilla, junto a la Universidad de Cádiz y la Universidad de Málaga, con la colaboración de Ecolocaliza, tratará de buscar soluciones para frenar la proliferación del alga, así como buscar una utilidad a las arribazones de la especie que llegan al litoral.
El proyecto ha sido puesto en marcha gracias a la colaboración del Puerto Deportivo Alcaidesa Marina, que ha cedido un punto de atraque, y del Real Club Náutico, que aportará un espacio de sus instalaciones de Puerto Chico para el acopio de material y muestras de la investigación hasta que lleguen los módulos definitivos. Esta colaboración ha sido posible por mediación del Ayuntamiento de la ciudad, a través de la delegada de Medio Ambiente, Raquel Ñeco, quien resaltó la importancia para La Línea de un proyecto “tan ambicioso y de tanta trascendencia medioambiental”.
«La invasión más severa a nivel mundial ha hecho un gran daño al ecosistema, a la pesca y al turismo»
La de este alga asiática es, en palabras del biólogo: “la invasión más severa a nivel mundial, ya que en un intervalo de tiempo muy corto ha hecho un gran daño al ecosistema, a la pesca y al turismo. Es extraordinariamente agresiva por su capacidad de colonización espacial y tiene también un gran poder adaptativo porque es capaz de crecer tanto en espacios inundados de luz como en zonas umbrías de corales. Es además muy camaleónica, pues presenta morfotipos distintos”, aseguró García Gómez.
La Rugulopterix okamurae explosionó numéricamente en la zona a finales de 2015 en Ceuta: “en menos de un año se retiraron mas de 5.000 toneladas de las playas. Es un dato brutal. La especie ha conseguido tapizar los fondos rocosos del estrecho y eso supone el desplazamiento de la flora y fauna nativas. El impacto ambiental es tremendo y se está desplazando hacia el Mediterráneo facilitada por el aumento de la temperatura del mar”.
García Gómez explicó que el estudio tiene varios frentes. Uno, es conocer la verdadera naturaleza de esta especie bioinvasora y detectar sus debilidades para atajar el problema, y otro, es qué hacer con las toneladas de algas recogidas en la zona. En este sentido, informó de que la Facultad de Química de la US trabaja en la obtención de biodiesel , y los departamentos de Farmacia y Biomedicina estudian la posibilidad de obtener algún medicamento. La Universidad de Extremadura, por su parte, está centrada en su posible utilización para compostaje.
El investigador ha querido agradecer su colaboración a la edil de Medio Ambiente, Raquel Ñeco, así como al director del Puerto Deportivo Alcaidesa Marina, Tony Valbuena, y a la gerente y el secretario del Real Club Náutico, Natalia Martín y Jesús Villalobos por la ayuda prestada para empezar este estudio.