Las reservas marinas pesqueras españolas cumplen 33 años y en ese período se han convertido en espacios únicos para la práctica del buceo, de la fotografía submarina o para disfrutar de su entorno privilegiado. Son un ejemplo de pesca sostenible, debido a la regeneración de especies -de interés pesquero y otras-, ya que su rica biodiversidad las ha convertido en un destino prioritario para los buceadores.
Se cumplen 33 años de la creación de Isla de Tabarca (Alicante), la primera reserva marina de interés pesquero
España cuenta con 11 reservas marinas de interés pesquero, cuyo objetivo principal es la regeneración de las especies, la preservación de la biodiversidad y la explotación sostenible. Ocho de ellas se encuentran en la zona del mediterráneo (Masía Blanca, Islas Columbretes, Isla de Tabarca, Cabo de Palos-Islas Hormigas, Cabo Tiñoso, Cabo de Gata, Isla de Alborán y Levante de Mallorca Cala Rajada) y tres en las Islas Canarias (Isla Graciosa e Islotes del norte de Lanzarote, Isla de la Palma y Punta de la Restinga-Mar de las Calmas).
Las reservas marinas pesqueras han dado lugar a espacios en los que la gente aprovecha para practicar buceo o realizar fotografías submarinas. También en los que se han hallado restos arqueológicos. Además, son espacios que permiten a los pescadores locales beneficiarse del efecto “rebosamiento” o exportación de biomasa, y que ha sido documentada en dichas reservas.
Esto significa que al aumentar la densidad de una especie de interés pesquero dentro de una reserva y alcanzarse la capacidad máxima para albergarla dentro de sus límites, se produce una emigración de los individuos del interior de la reserva a los alrededores de la misma, según el Ministerio.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha editado un folleto para difundir cuáles son las condiciones que se deben respetar para poder disfrutar del buceo recreativo de manera responsable en general y en las reservas marinas de interés pesquero de España en particular.