El buque cementero de bandera indonesia, “Ocean Sparkle”, que desde marzo de 2016 se encontraba atracado en el muelle exento del puerto de Algeciras, ha abandonado estas aguas en las últimas horas para poner rumbo a un astillero de El Pireo, en Grecia.
Llegó a la Bahía denunciado ante Capitanía Marítima por su propia tripulación, a la que el armador adeudaba entre ocho y diez meses de salarios, lo que ascendía a casi medio millón de euros. Al problema laboral se sumaba, además, el deplorable estado del barco, que tras ser inspeccionado dejó patente la existencia de varias deficiencias que los técnicos de la Capitanía Marítima obligaron a subsanar, algo que no podía ser factible debido, además, a las peticiones de embargo que pesaban sobre el mismo.
Una vez ordenado su amarre en el dique exento de Isla Verde, por motivos de seguridad, ha permanecido durante todo este tiempo, incluso con parte de sus tripulantes a bordo, ya que no todos fueron repatriados.
Dicho buque fue adjudicado a un empresario de la UE, quien ha cumplido toda la normativa de aplicación ante todos los organismos implicados. Consignado por Consulmar, en la salida y el remolque ha estado asistido por la compañía de consultores marítimos Marinsur. También han intervenido miembros del despacho Bufete Díaz y Asociados desde la subasta hasta la salida del mismo.
Construido en 1969, este cementero cuenta de 161 metros de eslora por 24 de manga va a poner rumbo a Grecia en los próximos días, dejando un necesario espacio en el dique exento del puerto de Algeciras y pasando a la historia de los capítulos negativos de la Marina Mercante en nuestra bahía.