El Puerto de Sotogrande, en San Roque, ha puesto en marcha una escuela de vela adaptada (EVA) dentro de sus políticas de responsabilidad social corporativa y de inclusión, que tiene como objetivo «fomentar la integración de personas con diversidad funcional a través de la navegación, mediante el disfrute del mar y la participación integrada en un equipo».
El Puerto de Sotogrande tiene previsto adaptar, si fuera necesario, tanto las estructuras en tierra, eliminando las barreras arquitectónicas mediante un plan de accesibilidad ya en estudio
Los cursos gratuitos cuentan con cuatro embarcaciones adaptadas modelo TOM28 que tienen capacidad para cuatro alumnos cada uno, además de un velero de crucero también adaptado con cabida para ocho personas. Así, pone a disposición de las distintas asociaciones de este ámbito que trabajan en el Campo de Gibraltar y la Costa del Sol un mínimo de diez plazas para cada asociación hasta completar la capacidad de las embarcaciones.
La iniciativa persigue «fomentar la integración de los colectivos con dificultades de inserción social en entornos normalizados y ayudar al desarrollo de sus capacidades motoras y sensoriales, potenciando su fuerza física, su equilibrio y su movilidad». Con este fin, el Puerto de Sotogrande ofrece tanto cursos de vela terapéutica, más relajada, como clases de vela competitiva para formar tripulaciones que puedan en un futuro participar en distintos campeonatos de vela adaptada.
La escuela de vela adaptada, creada en colaboración con el Real Club Marítimo de Sotogrande, la Escuela de Naútica Alavela y Helicópteros Sanitarios, imparte tanto clases de iniciación como cursos de perfeccionamiento de vela ligera, con el objetivo de formar entre los meses de septiembre y octubre a un grupo de alumnos que comiencen a prepararse para la competición en monotipos en 2020 y estén disponible para acudir a las distintas competiciones regionales y nacionales.
El modelo de embarcación elegida para competición, que comenzará a funcionar en el año 2020, será Hansa 303, Hansa Liberty o 2.4mR, todos ellos perfectamente adaptados para personas con diversidad funcional.
Los barcos podrán ser gobernados por personas con o sin discapacidad, compitiendo en igualdad de condiciones, lo que permite la inclusión de los colectivos con diversidad funcional. Además, la escuela cuenta con una embarcación semirrigida de seguridad para el control de la zona de prácticas y de monitores necesarios para impartir la formación.
El Puerto de Sotogrande tiene previsto adaptar, si fuera necesario, tanto las estructuras en tierra, eliminando las barreras arquitectónicas mediante un plan de accesibilidad ya en estudio, como la zona del puerto, mediante pantalán flotante adecuado para el embarque de los participantes en los cursos.