El Puerto de Barcelona lidera el grupo de trabajo Power-to-Ship del World Ports Climate Action Program (WPCAP) con el objetivo de fomentar la electrificación de muelles en los puertos de todo el mundo. La iniciativa, una de las más relevantes del Programa de Acción Climática Portuaria Mundial, integra los principales puertos internacionales implicados en la reducción de emisiones contaminantes y la lucha contra el calentamiento global: Los Ángeles, Amberes, Hamburgo, Rotterdam y Vancouver, además de Barcelona.
El jefe de Estrategia del Puerto de Barcelona, Jordi Torrent, y el jefe de Medio Ambiente, Jordi Vila, son los representantes de la infraestructura en el grupo de trabajo, que también cuenta con la colaboración del Instituto de Investigación en Energía de Cataluña (IREC).
La iniciativa abanderada por el Puerto tiene varias fases. Actualmente, se está tirando un estudio a nivel global, entre una cuarentena de puertos de todo el mundo, para analizar las diversas alternativas existentes para proveer de energía limpia los barcos durante su estancia en puerto y reducir así, sustancialmente, el impacto en el cambio climático y las emisiones contaminantes en la ciudad. Los resultados de este estudio se darán a conocer, previsiblemente, a finales de este 2019.
Posteriormente, se evaluarán las diversas soluciones, ventajas y barreras existentes para cada puerto y se procederá a realizar recomendaciones y propuestas de acciones concretas a escala global, durante el año 2020. En este tramo final será cuando se realicen pruebas piloto a varios puertos miembros de la iniciativa como Barcelona, y se elaborarán recomendaciones globales para que los puertos y muelles de todo el mundo implementen soluciones cero emisiones para luchar contra el cambio climático.
Alternativas al fuel
El Puerto de Barcelona también participa en otro grupo de trabajo del WPCAP, liderado por los puertos de Rotterdam y Vancouver, enfocado a fomentar el desarrollo de combustibles de cero o bajo contenido en carbono como alternativa más limpia a los carburantes fósiles convencionales que utilizan actualmente los barcos. Mientras se estudian las posibilidades y viabilidad de uso, como combustible a gran escala, de productos tales como el hidrógeno y el metanol, se está apostando por el gas natural licuado (GNL) y de otros combustibles fósiles que ayuden a reducir significativamente las emisiones de CO2.