El movimiento es incesante en las instalaciones portuarias que la refinería Cepsa dispone en San Roque, por las que desfilan una cifra que ronda los 1.800 buques al año, con la gestión de movimientos que superan los 22 millones de toneladas de petróleo y derivados de éste.
La actividad se reparte, casi a partes iguales, tanto en la entrada como salida de estos productos por vía marítima. Para ello, la compañía tiene un total de siete atraques y una monoboya, que es la entrada principal de crudo de la refinería, anclada a 60 metros de profundidad en la que pueden amarrar petroleros de hasta 350.000 toneladas de peso muerto con una capacidad de descarga de hasta 12.000 m3/hora. En caso de que, por cualquier motivo técnico, no esté operativa, se recurre al traque A, que, como nos recuerda Alejandro Peralta, capitán de Puerto, acoge buques de gran tamaño.
Ricardo Pulido, responsable de Puerto, detalla algunos aspectos a tener en cuenta de este puerto, del que se dispone un total de 1.467 metros de pantalán, más otro terminal que se dedica de forma exclusiva a la actividad de las barcazas. En estas instalaciones, cuyos calados oscilan entre los 6 y los 20 metros de profundidad, pueden atracar barcos de hasta 175.000 toneladas de peso muerto.
Por encima de todas las premisas de responsables, técnicos y el personal de la empresa, que lo conforman 52 empleados, la seguridad y el respeto por el medio ambiente, para lo que se antoja crucial el cumplimiento de las exigentes medidas establecidas por los organismo internacionales y que en estas instalaciones se cumplen a rajatabla.