Se ha efectuado otro importante hallazgo arqueológico como parte de los trabajos de excavación mecánica en las obras del túnel de acceso a la frontera. Esto se produce en el marco de la supervisión arqueológica que está llevando a cabo Astarté, la empresa de arqueología contratada para el proyecto del aeropuerto. Este descubrimiento refuerza la importancia de contar con este tipo de supervisión cuando los contratistas llevan a cabo obras civiles.
El conjunto está formado por casi 200 fragmentos, de diversos tamaños, de cerámica romana con componentes que abarcan diferentes fechas y orígenes
Los artículos de materiales cerámicos y huesos fueron descubiertos en la arena a una profundidad de 6 metros. El emplazamiento está compuesto por diversas capas de arena que se alternan con depósitos de conchas marinas, lo que apunta a depósitos naturales producidos por actividades marinas.
El conjunto está formado por casi 200 fragmentos, de diversos tamaños, de cerámica romana con componentes que abarcan diferentes fechas y orígenes: fragmentos de Terra sigillata africana (un tipo de cerámica rojiza de elevada calidad que era muy común en la época romana) junto con restos de ánforas de diferentes fechas y procedencia, como algunas pertenecientes al periodo del Bajo Imperio [romano] (siglos III a V DC), posiblemente de la región de Lusitania (provincia romana que abarca lo que hoy es Portugal y la provincia española de Extremadura). También se encontró un conjunto de fragmentos de ánforas que pueden situarse temporalmente entre el siglo I AC y el siglo I DC y que eran comunes en el sur de la península ibérica. El uso más común que se daba a estas ánforas en la región del Estrecho de Gibraltar era el de transporte de productos derivados de la salazón del pescado, incluyendo la salsa garum, que era sumamente apreciada en las cocinas romanas. Los fragmentos de cerámica de Terra sigillata africana parecen pertenecer a un periodo más tardío —posiblemente entre los siglos IV y V DC— y, como es habitual en este tipo de cerámica, contienen motivos de decoración grabados o estampados.
En este mismo contexto, también se ha descubierto un cráneo humano, y un análisis muy preliminar sugiere que podría pertenecer a un hombre de mediana edad.
Debido a los tipos de estratos en los que se encontró el material, a la presencia de concreciones marinas en las piezas y a la naturaleza del conjunto de artículos, que incluye materiales de diferentes fechas, es posible que procedan de embarcaciones que naufragaron en los alrededores, hacia la zona del istmo, donde han permanecido hasta hoy.
El Ministerio de Patrimonio y el Museo Nacional de Gibraltar se encargarán ahora de efectuar más estudios sobre los restos.