La organización Open Arms ha respondido al Director General de la Marina Mercante, Benito Núñez Quintanilla, en su escrito de fecha del 27 de junio del 2019 en el que se amenaza a la ong con sanciones de hasta 900.000 euros y posibles suspensiones de la tripulación del buque que porta el nombre del colectivo.
Open Arms asegura que su objetivo sigue siendo, como siempre, proteger la vida en el mar
En un escrito la ong asegura que el buque Open Arms se encuentra donde siempre debería haber estado, en medio del mar, al haber vuelto a la ruta más mortífera del mundo, la del Mediterráneo Central. Ni un bloqueo en el puerto de Barcelona de más de 100 días que finalizó únicamente con la autorización de transportar ayuda humanitaria a Grecia, ni las amenazas recibidas por parte del gobierno español e italiano nos separan de donde tenemos que estar, afirma la asociación catalana.
Open Arms asegura que su objetivo sigue siendo, como siempre, proteger la vida en el mar. Para ello, «seguiremos con nuestras labores de protección por presencia en la ruta marítima más mortífera que existe, por lo que queremos recordar que oficialmente en lo que llevamos de año el Mar Mediterráneo se ha tragado la vida de, al menos, 598 personas que podrían haber sido fácilmente rescatadas si esa fuera la voluntad de los países de la Unión Europea».
Además, la ong ha subrayado que el Derecho y los derechos humanos han triunfado por encima de razones políticas, tras la Resolución 1282/2018 de 11 de mayo de 2018 a favor de la liberación del Open Arms incautado por la fiscalía; el Auto de 2 de julio de 2019, por el que se decretan la libertad para Carola Rackete, capitana del SeaWatch III y por el rechazo de la Fiscalía al Decreto de expulsión de Carola Rackete firmado por Matteo Salvini.
Todas ellas reconocen que Libia no es un puerto seguro y por ello, Open Arms afirma que seguirá defendiendo los derechos humanos en el mar.