La Refinería Gibraltar-San Roque y la Planta Química de Puente Mayorga, los dos centros industriales de Cepsa en San Roque, invirtieron en el año 2018, un total de 42,24 millones de euros en mejoras en la gestión ambiental, casi el triple que el año anterior, tal y como reflejan sus declaraciones medioambientales.
El año pasado la Refinería Gibraltar-San Roque logró la certificación única del sistema de gestión ambiental conforme a la norma ISO 14001, así como la validación de la Declaración Ambiental, además de verificar la memoria ambiental de la terminal marítima de Cepsa para dar cumplimiento a la Guía de Buenas Prácticas Ambientales de Puertos del Estado. De otro lado, la Planta Química de Puente Mayorga consiguió el Certificado de Gestión Energética ISO 50001, un documento que también tiene la Refinería desde 2014, y la renovación del Certificado de Gestión Ambiental ISO 14001. Estas certificaciones demuestran la preocupación de Cepsa por el medio ambiente.
El año pasado la Refinería Gibraltar-San Roque logró la certificación única del sistema de gestión ambiental conforme a la norma ISO 14001
La publicación de las declaraciones medioambientales demuestra la implicación de la Compañía con la sostenibilidad, la eficiencia energética y la mejora continua. Consideran que las inversiones en el apartado de protección ambiental son necesarias e incuestionables en el sector en el que opera Cepsa.
En la Refinería Gibraltar-San Roque, un año más, las concentraciones medias anuales del efecto burbuja fueron inferiores a los límites que fija la Autorización Ambiental Integrada (AAI). Las emisiones másicas de SO2 han marcado un mínimo histórico. Las reducciones paulatinas en las emisiones de SO2 se explican a raíz de la mejora en la calidad de los combustibles, conseguida gracias a la disminución del consumo de fuelóleos, así como al aumento en el consumo de gas natural y a las mejoras implantadas en las Unidades de Recuperación de Azufre y tratamiento con aminas, que hacen que el fuel gas de consumo se encuentre prácticamente exento de azufre. En la planta química, al utilizarse únicamente combustibles gaseosos en los procesos de producción, gas natural mayoritariamente, las emisiones de partículas y SO2 son mínimas, quedando por debajo de los límites de detección. En lo que se refiere a las emisiones de NOx, se mantienen por debajo de los límites establecidos.
En la planta de tratamiento de la propia Refinería se tratan también los efluentes hídricos de la Planta Química de Puente Mayorga. Las declaraciones medioambientales indican que el volumen de efluentes en el punto principal de vertido fue un 10% inferior al autorizado.
Cepsa trabaja en San Roque para, cada año, ser más eficientes en el consumo de energía lo que contribuye significativamente a la reducción del impacto ambiental de los procesos, ya que una disminución de los consumos energéticos implica automáticamente una menor emisión tanto de gases de efecto invernadero como de otros gases que impactan en la calidad del aire. Cepsa en San Roque se encuentra certificada bajo la norma ISO-50001, cuyo objetivo es fomentar la eficiencia energética, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, garantizar el cumplimiento de la legislación energética e incrementar el aprovechamiento de las energías excedentarias.
En el año 2013 se inició el tercer periodo de asignación (2013-2020) de derechos de emisión de CO2, por medio del cual las instalaciones de cogeneración han dejado de recibir derechos gratuitos. Las instalaciones de Refinería y de la Planta Química si disponen de asignación de derechos gratuitos si bien esta va disminuyendo progresivamente año a año. El balance total de emisiones del ejercicio 2018 de la Refinería (sin tener en cuenta las unidades de cogeneración) ha sido de 144.976 toneladas de derechos de CO2 por encima de la asignación. La Planta Química de Puente Mayorga ha emitido 28.537 toneladas de derechos de CO2 por debajo de su asignación.
Las declaraciones medioambientales contienen información detallada de otros muchos aspectos, que van desde el control de ruidos, de los suelos, el consumo de agua y materias primas, a las actuaciones que inciden en la mejora ambiental de los productos que se elaboran, para reducir su impacto al ser utilizados por los usuarios finales. La gestión medioambiental de Cepsa no se limita al control del impacto de su actividad, sino que se extiende a cuestiones tan sensibles como la formación ambiental de los empleados propios y de las empresas que prestan servicio en las instalaciones de la Compañía o la comunicación con la sociedad.