El Ministerio de Hacienda ha autorizado la ampliación de la Zona Franca de Sevilla hasta el polígono Astilleros, un trámite pendiente desde junio de 2017 que se terminará de hacer efectivo cuando se complete el vallado del perímetro que rodea esta zona. El trámite ya es oficial tras su publicación en la edición del BOE de este miércoles, en la que se recuerda que el recinto se creó con una superficie inicial de 719.876 metros cuadrados y que con la adhesión de este suelo productivo se sumarán otros 435.946 metros.
La decisión ha sido aprobada tras la emisión de varios informes favorables de los órganos competentes de la Agencia Tributaria, relacionados con el control aduanero de las instalaciones y de la posibilidad de adaptación de las propias empresas que ya están allí instaladas. En este enclave se encuentran industrias del ámbito metalmecánico como Megusa, Tecade y GRI, esta última especializada en la fabricación de torres eólicas, así como Astilleros del Guadalquivir, Ditecsa, Gmetal y Apimosa.
El objetivo de integrar estas compañías en la Zona Franca es que puedan beneficiarse de las ventajas fiscales que ofrece esta denominación especial como el retraso en el pago de impuestos. También dotar de un mayor músculo económico al consorcio, que ya tiene aprobado el recurso financiero que dependerá del impuesto de sociedades que abonan cada una de las firmas. Igualmente se pretende que todas estas empresas sirvan de imán para atraer nuevas inversiones, creando así un polo industrial potente en esta zona de la ciudad.
Desde la creación del recinto sólo dos empresas nuevas han anunciado su instalación, ambas en los terrenos de Torrecuéllar, que son los únicos que están vallados y que, de momento, funcionan como recinto fiscal. Se trata de la farmacéutica Vir, que cuenta ya con una parcela de 16.000 metros cuadrados en la que levantará una planta de fabricación, almacenes, y laboratorios. La segunda es Inglés Steel, dedicada a la recuperación de materiales férricos y metales, que tiene sede en Dos Hermanas.