Los suspiros propiciados por la aprobación del Real Decreto Ley en la Diputación Permanente del Congreso el pasado 3 de abril aún resuenan en el puerto de Algeciras, principalmente por lo que ha supuesto para su colectivo más amplio, el de la estiba, con alrededor de 2000 familias que han permanecido atentas a todas las novedades que se iban produciendo en torno a la exigencia de reforma del sector instada desde la Unión Europea y que ya comenzó a dar quebraderos de cabeza a principios de 2017.
Han sido, por tanto, más de dos años de una gran incertidumbre sobre el futuro de una actividad que sólo deja beneficios, en el Campo de Gibraltar y España, pero sus dirigentes políticos se han empeñado en demorar y complicar en exceso la búsqueda de una solución a un conflicto que ha marcado un antes y un después en la lucha obrera de este país.
Se ha puesto en serio peligro el futuro de estos trabajadores, que han aguantado estoicamente decepciones y falsas promesas, sin desfallecer y siempre siguiendo los pasos de los dirigentes del sindicato que más les representa, Coordinadora.
Su máximo responsable en Andalucía, el algecireño Manuel Cabello, hace un recorrido por un tortuoso camino que tiene una nueva parada desde principios de este mes, pero que cuenta con más estaciones en el futuro, siempre con la ambición y la esperanza de una paz social que sea la antesala de un futuro más prometedor, si cabe, para los puertos españoles, en general, y el de Algeciras, en particular.