La naviera danesa Maersk, junto con una serie de multinacionales de los Países Bajos, entre las que se encuentra la petrolera Shell, han puesto en marcha un proyecto piloto para la introducción a gran escala de los biocombustibles en el transporte marítimo.
Dicho proyecto consistirá en la utilización de un biocombustible de segunda generación en un portacontenedores de la serie Triple E para un viaje de ida y vuelta de 25.000 millas entre Rotterdam y Shanghái. A lo largo de todo el viaje se usará una mezcla con al menos un 20% de este biocombustible, con lo que, según Maersk, se evitará la emisión de 1.500 toneladas de CO2 y 20 toneladas de óxidos de azufre a la atmósfera.
El biocombustible utilizado en este proyecto piloto procede, entre otros, de aceites usados de cocina o residuos forestales
El biocombustible utilizado en este proyecto piloto procede, entre otros, de aceites usados de cocina o residuos forestales y puede ser usado para mezclas o incluso sustituir totalmente los combustibles convencionales sin tener que hacer grandes adaptaciones técnicas a los motores. Está certificado por el organismo Internacional de Certificación para el Carbono y la Sostenibilidad (ISCC) con lo que toda la cadena está certificada por un tercero
Para Maersk, el uso de los biocombustibles es una de las posibles soluciones viables a corto y medio plazo para la reducción de las emisiones de los buques. A través de este proyecto se pretende aprender más sobre su utilización y posibilidades.
Además de esta naviera danesa, las empresas participantes en este proyecto, todas pertenecientes a la Coalición Holandesa por el Crecimiento Sostenible (DSGC), están de acuerdo en que se debe trabajar sobre las emisiones del transporte marítimo de manera transversal, con la participación de todos los actores implicados en el desarrollo, ensayo y aplicación de nuevas soluciones.