Los integrantes de la Asociación de Transitarios, Expedidores Internacionales y Asimilados de la Bahía de Algeciras, ATEIA – Oltra, reivindican, por enésima vez, la falta de soluciones para el óptimo funcionamiento del Puesto de Inspección Fronterizo. Esta pasada semana acababa el plazo de 14 días pactado con representantes de la Subdelegación del Gobierno en el Campo de Gibraltar, quienes se comprometían a reforzar la plantilla de veterinarios con tres nuevos profesionales, además de intentar poner en marcha otras medidas para que se empezara a encontrar fin al embudo que tanto perjuicio está provocando a muchos sectores del transporte de mercancías en la dársena algecireña.
Sin embargo, pasado este tiempo – y según los propios afectados ni siquiera hacía falta esperar a que culminara este plazo – las promesas vuelven a quedar en saco roto. «Los retrasos siguen dándose, el sector está muy preocupado», avisa Raúl Bernal, presidente de ATEIA, que encuentra las raíces de la problemática en «en tres palabras: productividad, organización y falta de personal. Siguen sin hacernos caso», denuncia.
El propio Bernal quiere dejar claro que este problema no incumbe sólo a unos cuantos: «son muchos los sectores afectados y muchos puestos de trabajo los que peligran. Hacemos el enésimo llamamiento de que aquí necesitamos ya esas soluciones que nos vienen prometiendo», reitera.
Uno de los colectivos que se ven mermados a la hora de prestar sus servicios son los estibadores, a quienes contratan las empresas para el desplazamiento de los bateas dentro del recinto portuario. «Si queremos ser un puerto de primera no podemos tener estos servicios. A nosotros nos perjudica notablemente, puesto que baja la contratación, las empresas estibadoras nos piden unos rendimientos que no podemos atender y están constantemente cuestionados la contratación y nuestros salarios, puesto que nosotros nos movemos en la producción», señala José Antonio Fernández, delegado de la SAGEP, archiconocido entre los trabajadores portuarios por su implicación directa y su lucha en el conflicto de la estiba y que entiende que «el puerto de Algeciras no puede permitirse el lujo de no contar con el tren ni estas instalaciones del PIF que no funcionan», en alusión a dos de la larga lista de añejas reivindicaciones que se vienen escuchando desde hace años en esta zona y que no parece tener remedios.
Mientras la pelota se mantiene encima del tejado de la Administración y sus responsables siguen mirando para otro lado, los desvíos hacia otros puertos continúan, con el grave perjuicio que ya está ocasionado para el tejido empresarial portuario y, por ende, de la economía de la ciudad y la comarca del Campo de Gibraltar.