La Confederación Española de Pesca (Cepesca) ha manifestado su rechazo a la expulsión de la flota de palangre de superficie de Carboneras (Almería), que afecta a 30 barcos y 250 pescadores de esta localidad. Igualmente, Cepesca manifiesta su apoyo a las alegaciones presentadas por estos pescadores a la ampliación del Parque Nacional Marítimo Terrestre del Archipiélago de Cabrera, impulsada por el Gobierno Balear en 2015, aprobada el pasado diciembre por el organismo estatal Parques Nacionales y pendiente de aprobación por el Gobierno.
Según los pescadores, la ampliación, tal como está propuesta, carece de base y sentido, tiene sólo en cuenta al sector pesquero balear, lo que vulnera el principio de igualdad, y excluye la flota de palangre de superficie del Mediterráneo, que además de no haber sido consultada, se distingue por ser un arte selectiva y acumular más de treinta años de trabajo, en conjunción con distintos organismos científicos, en favor de la sostenibilidad y protección de esta área.
La ampliación propuesta supondría multiplicar por nueve el Parque Nacional de Cabrera
Al respecto, los pescadores de Carboneras, los más afectados al quedar excluidos sus 30 buques de palangre de superficie, de los 60 que componen la flota del Mediterráneo, consideran, no sólo injusto, sino también absurdo, que no se les permita seguir contribuyendo a la protección de la zona, ya que podrían ser, como han sido hasta ahora, vigilantes potenciales y sin coste del área, y sus barcos han servido como plataforma de investigación para, por ejemplo, el Instituto Español de Oceanografía. El proyecto, de llevarse a cabo, afectaría a 250 puestos de trabajo.
Por otro lado, los pescadores de Carboneras, agrupados en Carbopesca, creen que el proyecto es inconsistente y carece de sentido en sus argumentos científicos, “lo que unido al hecho de que tal como está planteado el proyecto sólo beneficiaría a la flota balear, nos hace pensar que esta decisión obedece más a razones basadas en la situación política actual que a un enfoque profesional, serio y, sobre todo sostenible, de la actividad pesquera en la zona”, apunta Pedro Hernández, director gerente de la Cooperativa de Pescadores de Carbonera (CARBOPESCA).
“No olvidemos –acaba diciendo Hernández–, que la propuesta fue realizada por el Gobierno Balear en 2015 y en su definición no ha sido consultada en ningún momento la flota de palangre de superficie del Mediterráneo ni la dedicada a la captura del camarón con nasas y ni siquiera las administraciones públicas, como la Junta de Andalucía o la Generalitat Valenciana”.
A este respecto, Carbopesca manifiesta que la ampliación no ha existido un análisis socioeconómico de los municipios y las flotas impactadas, y que incluyen a Cartagena, Carboneras, Algeciras, Valencia, Castellón, Tarragona y Santa Pola. Además, y en el caso de la flota de palangre de superficie, los pescadores consideran injusto que, tras el proceso de ajuste sufrido en los últimos años debido al plan de recuperación del atún rojo y el actual que afecta al pez espada, y que ha significado la reducción del 40% de la flota, ésta se vea ahora nuevamente castigada.
El proyecto de ampliación del Parque Nacional Marítimo Terrestre del Archipiélago de Cabrera se justifica en la necesidad de proteger los bancos de corales profundos y las áreas de paso o presencia habitual de cetáceos o grandes peces migradores en la zona. A este respecto, el sector solicitó al Instituto Español de Oceanografía (IEO) un informe del impacto de la flota de palangre de superficie en el lecho marino y en las especies de vertebrados superiores marinos en la zona de ampliación. Este informe ha confirmado que el palangre de superficie, al tratarse de un arte altamente selectivo, no afecta al lecho marino y, por consiguiente, a los bancos de corales profundos, y que la interacción con los cetáceos, otros grandes migradores y vertebrados marinos es actualmente rara u ocasional.