Los pescadores británicos perderán el acceso automático a las aguas y puertos de la Unión Europea (UE) del que disfrutan en la actualidad, si el Reino Unido abandona el bloque común sin ningún acuerdo, según las directrices publicadas por el Gobierno de la conservadora Theresa May.
Dentro de sus planes para preparar una posible salida de la UE no negociada, el Ejecutivo ha dado a conocer, en su página web, una serie de instrucciones que pueden servir de guía a los pescadores tras dejar de participar en la Política Pesquera Común (PPC).
La PPC, que regula las cuotas de pesca de todos los países comunitarios, es muy impopular entre la industria pesquera británica, que apoyó en gran medida el “brexit” ante la promesa de que permitiría al país implementar sus propias regulaciones.
A este respecto, el Gobierno señaló que los titulares de licencias de pesca en el Reino Unido serán informados, previsiblemente en marzo -el divorcio de Bruselas está previsto para el 29 de ese mes- acerca de “cuál será su asignación”.
Además, el Gabinete de May confirmará también la regulación sobre los crustáceos que se pescan sin cuota como vieiras y cangrejos y las especies demersales, las que viven cerca del fondo del mar, como el bacalao, el rape o la merluza.
Los barcos británicos que deseen acceder a aguas comunitarias deberán informar a las autoridades pertinentes y proporcionar un registro detallado de sus capturas así como información relativa a la embarcación. Asimismo, los barcos provenientes de la UE tampoco tendrán acceso automático a las aguas del Reino Unido
Consultado por Efe, el profesor de Política en la Universidad de Suffolk (Inglaterra) Christopher Huggins explicó que el Gobierno exigirá “un registro detallado de cada pez que se pesque o exporte”.
“Esto va a añadir una carga administrativa a la industria, porque supondrá mucho más papeleo para los pescadores, especialmente para los que se dediquen a la exportación”, afirmó.