Jean-Jacques Savin, un francés de 72 años, ha zarpado desde las islas Canarias en una cápsula de color naranja que tiene forma de barril, con el objetivo de llegar al Caribe en tres meses impulsado únicamente por las corrientes del Atlántico.
Savin ha estado meses trabajando en su original embarcación en el pequeño astillero de Ares, en la costa suroeste de Francia. Con 3 metros de largo y 2,10 metros de ancho, el barril está hecho de madera contrachapada recubierta de plástico, fuertemente reforzado para resistir las olas y los posibles ataques de las orcas. Dentro de la cápsula, que incluye bolsas de aire y pesa 450 kilogramos cuando está vacía, hay un espacio de seis metros cuadrados que incluye una cocina, una litera para dormir y un almacén. Además, una portilla en el suelo permitirá a Savin mirar a los peces que pasan mientras navega.
Exparacaidista que sirvió en África, Savin también ha trabajado como piloto y guardabosques nacional en Francia. Tiene un bloque de foie gras y una buena botella de vino blanco Sauternes guardado para Nochevieja, así como una botella de tinto Saint-Emilion lista para su 72 cumpleaños el próximo 14 de enero.
Además, espera que las corrientes lo lleven naturalmente al Caribe sin necesidad de una vela o remos: «Tal vez Barbados, aunque realmente me gustaría que fuera una isla francesa como Martinica o Guadalupe. Eso sería más fácil para el papeleo y para traer el barril de vuelta».
En el camino, Savin dejará caer marcadores para el observatorio marino internacional del JCOMMOPS a fin de ayudar a sus oceanógrafos a estudiar las corrientes y él mismo será objeto de un estudio sobre los efectos de la soledad en el encierro. Incluso se estudiará el vino a bordo: lleva un Bordeaux que luego se comparará con uno guardado en tierra para determinar los efectos de los meses pasados en las olas.
Savin tiene un presupuesto de 60.000 euros para su expedición, ayudado por el patrocinio de los fabricantes de barriles junto con una campaña de financiación colectiva.