El proyecto ‘Litter Drone’, participado por la Universidad de Vigo, la Asociación española de basuras marinas y la empresa Grafinta ha desarrollado cámaras de alta precisión, instaladas en drones, que permiten detectar y cuantificar los residuos presentes en las playas.
A través de cámaras de alta precisión instaladas que sobrevuelan las playas se obtienen imágenes que son analizadas por un software desarrollado dentro de este proyecto. De este modo, se podrá identificar el problema de la basura marina e incorporar la telemetría para obtener imágenes exactas y realizar mediciones precisas con los drones.
Según se recoge en un comunicado de los impulsores, la Comisión Europea apuesta por proyectos como ‘LitterDrone’. El portavoz de la Comisión en España, Lucas González, destaca que proyectos como estos «permiten combatir un problema como es el de los desechos marinos, y más concretamente, los desechos plásticos».
Los resultados del programa de seguimiento de playas realizado por la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar durante el año 2017 se pudieron encontrar en torno a 39.000 objetos en las playas, en los muestreos oficiales.
Durante el pasado año se llevaron a cabo 103 campañas de seguimiento en un total de 26 playas repartidas por toda la geografía española, registrando 38.810 objetos
Durante el pasado año se llevaron a cabo 103 campañas de seguimiento en un total de 26 playas repartidas por toda la geografía española, registrando 38.810 objetos y encontrando una media de hasta 377 objetos por playa y campaña.
Según la misma investigación, las basuras marinas halladas durante los muestreos están compuestas en su mayoría por materiales plásticos, incluido el poliestireno, representando el 72% de los desechos, seguido por los restos de papel y cartón, en un 11%, residuos higiénico-sanitarios (8%) y en menor medida, por los restos metálicos (4%) o de madera (2%).
Los platos, vasos y cubiertos de plásticos, así como los bastoncillos de algodón pasarán a estar prohibidos en la UE a partir de 2021.
Para el coordinador del proyecto ‘LitterDrone’, Fernando Martín, «la basura marina no solo contamina las costas sino que conlleva un potente impacto socioeconómico, causando pérdidas a las economías locales y a industrias como la pesca comercial, el tráfico marítimo y el turismo».