Seguramente cuando Enrique López, allá por 1986, decidió centrar sus esfuerzos en iniciar la singladura de una empresa dedicada a la radioelectrónica mirando al mar, no imaginaba que pudiera alcanzar las cotas logradas hasta la fecha por ROSM (Radio Ondas Servicios Marítimos) y, lo mejor de todo, las que aún están por llegar.
Lo que empezó como un modesto negocio familiar se ha ido convirtiendo, con el paso de los años y un buen trabajo acumulado, en una compañía que marca las diferencias en su sector y que en 2005 dio un paso clave para su expansión nacional, contando ahora con sucursales en puertos como los de Barcelona, Bilbao, Santander, Las Palmas o Valencia, desde donde dirigen sus operaciones hacia Italia, Francia o África.
A todo ello se une la iniciativa pionera de contar con un centro de formación para sus técnicos, lo que le facilita la actualización de certificaciones, algo esencial para el desarrollo de una compañía, que ahora centra sus miras en consolidarse en Asia y América Central.