La gabarra “Spabunker Sesentayuno” permanece varada en el puerto de Valencia, a la espera de ser trasladada a Turquía, donde se procederá a su desguace. Así lo ha avanzado la web puentedemando, que recuerda que la mayor parte de la última etapa de este buque de Boluda Tankers ha transcurrido en el puerto de Santa Cruz de Tenerife, al servicio de la compañía Cepsa.
Este buque-tanque navegó durante años, con bandera británica y puerto de registro en Gibraltar, prestando servicio de bunkering a diversas empresas del Peñón
Este buque-tanque navegó durante años, con bandera británica y puerto de registro en Gibraltar, prestando servicio de bunkering a diversas empresas del Peñón. La gabarra se encargaba del transporte de combustible, entre la refinería de Cepsa en San Roque y los barcos que realizaban bunkering en aguas próximas a Gibraltar. En aquellos años, la “Spabunker sesentayuno” se denominaba “Eileen” y había sido construida en el astillero Unión Naval de Levante entrando en servicio en 1995, para cambiar su nomenclatura en agosto de 2009 cuando pasó a llamarse “Spabunker Sesentayuno”.
Se trata de un buque de 1.655 toneladas brutas y 4.148 toneladas de peso muerto, en un casco de 52,83 m de eslora, 16,80 m de manga, 6,80 m de puntal y 5,30 m de calado máximo. Propulsada por dos motores Mitsubhisi, con una potencia de 1.400 kW, andaba un máximo de seis nudos con buen tiempo. Tenía una capacidad de carga de 3.031 metros cúbicos.
Cuando aún se denominaba Eileen, la gabarra provocó varios episodios de contaminación en aguas de la Bahía de Algeciras. El 25 de agosto de 2001 provocó un escape durante la operación de suministro de combustible al buque de bandera liberiana Kent Reliant. Ese vertido fue el número 12 registrado ese verano en Algeciras, en una época aciaga para las costas del Campo de Gibraltar.
En febrero de 2005, un nuevo vertido de tres toneladas de gasóleo en una operación en la que se vió involucrada la gabarra “Eileen” mientras realizaba labores de abastecimiento de combustible en el pantalán de la refinería de Cepsa en San Roque, obligó a la Capitanía Marítima del puerto de Algeciras a prohibir la salida del buque exigiéndole un aval de 600.000 euros, al que tuvo que hacer frente la empresa Gibraltar Bunkering Corporation. El gasóleo fue vertido sobre la cubierta de la embarcación y posteriormente, al mar.
La mancha contaminante ocupó entonces, según informó la Subdelegación del Gobierno en Cádiz una superficie de 60 metros por 0,5 metros y tuvo que ser dispersada mecánicamente. La rapidez con la que actuaron los equipos de Salvamento Marítimo evitó que la contaminación llegase a la costa.
Pero no acaba aquí la relación de este buque-tanque con los episodios de contaminación, ya que el 29 de septiembre de 2005, arrojó al mar casi siete toneladas de hidrocarburos mientras realizaba labores de carga de combustible en el mismo pantalán de la refinería. Ahora el barco va a ser definitivamente desguazado, pasando a la historia de la Bahía de Algeciras, como uno de los que generó mayores ingresos a empresas que operaban en sus aguas, pero también, uno de los que provocó más incidentes medioambientales.