El ‘Zapolyarye’, un barco ruso cargado con 20.000 toneladas de sal cuyo destino era cuando salió de Tarragona el Reino Unido, ha abandonado esta semana las aguas en las que ha permanecido fondeado durante dos meses.
El buque ha permanecido a pocas millas del puerto de Ceuta con su tripulación, sin apenas combustible y víveres por «problemas con el armador» y esta misma semana ha partido hacia Motril, donde permanece tras una «arribada forzosa» a instancias de la Dirección General de la Marina Mercante.
Al parecer, la empresa armadora dejó de enviar dinero para gasoil, entre otros incumplimientos laborales, propició que los trabajadores se pusieran en contacto con la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), que solicitó la escala en un puerto seguro, ya que en Ceuta no podía entrar por falta de calado.
Los 20 marineros rusos que componen la tripulación se encuentran aún en el barco, pero no se descarta que puedan trasladados a su país, dependiendo de cómo evolucionen los acontecimientos, ya que el ‘Zapolyarye’ tiene los certificados caducados y no puede salir del puerto hasta que la Capitanía Marítima realice las pertinentes inspecciones y reactive los permisos.